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Alanna O’Neil no cree en ‘el picnic perfecto’. En vez de perderse en los detalles, el amante de la naturaleza prefiere preparar algo rápido y delicioso, y disfrutarlo al aire libre, sea cual sea la temperatura.

Criada en una granja de caballos en Vermont y hoy en día residente en Maui, donde trabaja como fotógrafa, diseñadora y escritora, Alanna es justamente esa auténtica amante de la naturaleza. No solo eso, sino que incluso se ha puesto a predicar el evangelio de cómo disfrutar de la vida al aire libre a través de su nuevo libro The Art of Picnics: Seasonal Outdoor Entertaining.

AMEX ESSENTIALS: ¿Cómo empezaste a interesarte por los picnics? ¿Qué tienen los picnics que te atraen tanto?

Alanna O’Neil: Ir de picnic ha formado parte de mi tradición familiar desde que tengo memoria. Con la intención de celebrar el cambio de estación, o simplemente relajarse bajo el sol un día de verano, mi madre solía preparar un pequeño banquete familiar cuando salíamos de picnic. Como me crie en una pequeña granja de caballos en el Vermont rural, ir de picnic era una de nuestras maneras habituales de crear diversión y, a la vez, celebrar la primera nevada del año o realizar una buena excursión en otoño. Era una manera agradable y relajada de salir y estar juntos en familia y con algunos amigos que nos acompañaran.

La mayoría de mis mejores recuerdos giran alrededor de alguna celebración estacional en modo de salida al aire libre con familia y amigos. Durante mi niñez, celebrar comidas improvisadas y cenas al aire libre era la manera que tenía mi familia de conseguir que nos juntáramos todos un domingo por la tarde, especialmente si el inestable clima de Nueva Inglaterra colaboraba. 

A la hora de preparar un picnic, en vez de dejarte presionar por los detalles y los adornos, soy partidaria de disfrutar de la compañía de tus amigos, y de la tuya misma, así como de la revigorizante y restauradora experiencia de comer en medio de la naturaleza. Más allá de lo deliciosa y suculenta que sea la comida, para mí, los picnics son uno de los placeres más sencillos de la vida que, además, generan un sentido de despreocupación, aventura y estrecha conexión con los demás de los que creo que, hoy en día, en nuestras vidas cotidianas, hacen mucha falta.

Más allá de lo deliciosa y suculenta que sea la comida, para mí, los picnics son uno de los placeres más sencillos de la vida que, además, generan un sentido de despreocupación, aventura y estrecha conexión con los demás de los que creo que, hoy en día, en nuestras vidas cotidianas, hacen mucha falta.

¿Cuál sería uno de tus momentos de picnic favoritos?

Uno de mis momentos de picnic más memorables fue un día de nieve en pleno y frío invierno de Vermont. Yo tendría 9 o 10 años y mi madre había preparado un picnic con platos calientes, sopa y pan recién hecho para salir de excursión en raquetas de nieve por el bosque. Mis hermanos y yo salimos por la puerta de casa, quejándonos seguramente, en nuestras raquetas de nieve y seguimos el sendero que nos llevaba al bosque situado tras los pastos. La nieve estaba todavía fresca, profunda y blanda, de ese tipo que reluce como si fueran diamantes. 

Mi madre tiró del trineo hasta que llegamos a un claro rodeado de pinos cargados de nieve. Nos juntamos todos alrededor del trineo, con las mejillas rojas y un poco cansados y hambrientos. Por suerte, mi madre había traído sopa, pan recién hecho y galletas caseras que todavía estaban calientes del horno. Cualquier queja se vio silenciada a primeras de cambio gracias al pequeño festín, que íbamos devorando en silencio, bocado a bocado, entrando en calor y sintiéndonos satisfechos mientras escuchábamos los ruidos que emanaban del bosque con una ligera nevada de telón de fondo. Ya con los estómagos llenos, nos sentimos contentos y felices, e iniciamos el regreso a casa por el bosque, guiados por el tímido sol del invierno. 

Tu próximo libro promete ofrecer una nueva interpretación del picnic tradicional. Háblanos de esa nueva perspectiva.

Creo que existe una percepción generalizada de que los picnics tienen que ser perfectos y llevarte mucho tiempo. Podemos reseguir parte de sus orígenes a la gente sana de la época Victoriana, los cuales básicamente solían meter en la cesta de picnic la mesa entera, con su lujosa porcelana incluida, y montar el picnic en un perfecto prado de hierba. 

Aunque organizar un buen picnic con muchas cosas es importante, también creo que es una contradicción, y nada práctico. La noción del picnic también implica una cierta idea de romance, copas rosadas y ociosidad, y todo ello es cierto, aunque al mismo tiempo creo que también implica mucho más que todo eso. Practicidad, reconexión y salir a tomar el aire también forman parte de la imagen que yo tengo de un auténtico picnic. 

Creo que los detalles acaban impidiendo que mucha gente dé el paso a salir de casa con la cesta llena en primer lugar. Creo que a menudo ejercemos una presión excesiva sobre nosotros mismos para crear el picnic ‘ideal’, o como mínimo creemos que requiere un gran esfuerzo. Creo que es por todas estas razones que no hacemos más picnics. Tengo la esperanza de que este libro cree la idea de que salir de picnic es algo accesible, delicioso y precioso. 

El título de tu libro es ‘The Art of Picnics’. ¿En qué momento elevas el picnic a la categoría de arte?

El arte de hacer un picnic, en mi opinión, reside en la preparación, la adaptabilidad, la estacionalidad y cómo usas tus recursos. En contraposición a un picnic de lujos y de exquisitos detalles, el objetivo del picnic (a mi modo de verlo) es salir a disfrutar de la naturaleza con comida y en buena compañía. 

El arte depende de aprender a adaptarse a las circunstancias imprevisibles, y usar bien los recursos que uno tenga a mano, ya sea en la despensa o en el mercado de temporada. Crear un picnic de la nada, cuando el clima te lo pide, también requiere un cierto toque de creatividad. A aprender a celebrar lo que la estación nos da, y a tener una despensa bien preparada, es lo que hace que la idea de ir de picnic parezca menos intimidante y más divertida.

¿Qué consideras que es el equipo de picnic básico, y que otros opcionales recomendarías?

A la hora de crear mi equipo de picnic, prefiero invertir en piezas de calidad y ecológicas. Buscar unos cuantos utensilios básicos te permitirá salir de picnic con garantías durante unos cuantos años. Los productos de enamel son una muy buena opción a la hora de salir de excursión porque son muy duraderos, ligeros, fáciles de llevar y aún más fáciles de limpiar. Una cesta robusta, en forma de por ejemplo bolsa entretejida de ir al mercado, y una pequeña nevera son dos de los básicos más esenciales. Una tabla de madera para cortar es también un utensilio muy práctico, especialmente si puede servir de tabla de quesos y superficie para cortar y rebanar a la vez. 

Invertir en un buen mantel de lino o una buena manta de lana lavable es una gran idea porque te durará años, y no tendrás que preocuparte por la grama, la suciedad, las bebidas que puedas haber derramado o las manchas de comida. Del mismo modo que también será muy buena idea usar servilletas de lino o algodón, o simplemente recortes de algún tipo de tejido natural que tengas en casa. 

Hablemos ahora de la comida: ¿Cuáles son algunos de tus platos de picnic favoritos de los que hablas en tu libro?

Una de mis recetas favoritas, y que explico en el libro, es la ensalada de farro y brócoli porque es ligera pero suculenta a la vez, y una muy buena alternativa a tu típica ensalada verde (la receta aquí). Personalmente me gusta el sabor caprichoso del farro cuando lo combinamos con los grelos y los guisantes tostados. Es muy fácil de preparar porque lleva pocos ingredientes y no tendrás que preocuparte porque se te ablande y humedezca como sucede con otro tipo de ensaladas, ya que puede prepararse el día antes.

Aunque la mayoría de la gente va de picnic los días calurosos de verano, tú nos animas a hacer picnics en todo tipo de condiciones climatológicas. Dejando la cuestión de la ropa a un lado por el momento, ¿cómo te preparas de manera diferente para ese tipo de picnics?

Por lo general, la gente asocia los picnics con el sol y el calor, pero yo creo que no tiene por qué ser así. Quizás sea porque me crié en Vermont, donde solo teníamos unos cuantos meses al año para disfrutar de cielos azules y sol, pero siempre he creído que ir de picnic puede ser una actividad de la que podemos disfrutar todo el año. Claro, si el tiempo es horrendo, exageradamente frío o llueve mucho, entonces es importante tener un plan B en mente. Lo más importante es saber cómo vestirse, que llevar en la mochila y cómo servir la comida. 

Por ejemplo, para disfrutar de un paseo por el bosque bajo la nieve, puedes llevarte una manta gruesa de lana bajo la que podrás resguardarte en un banco o un árbol caído para tomarte un chocolate o tentempié caliente. Está claro que no te vas a quedar a pasar toda la tarde, pero es un bonito gesto y una buena manera de respirar aire fresco y ver el sol en pleno invierno. 

Por norma general, cuando se trata de hacer picnics cuando hace frío, tanto en otoño como en invierno, yo suelo llevar comida ya individualizada, como pasteles o galletas de jengibre ya envueltas, empanadas de carne, un termo de sopa que pueda servirse en varias tazas de enamel; es decir, todo aquello que no tengas que servir con otros utensilios o con las manos. Comerse una empanada de carne mientras caminas con las raquetas de nieve por un bosque nevado puede ser muy acogedor y reconfortante.  

En el caso de picnics de invierno y primavera, sugiero que estas salidas las organices con base en alguna actividad como, por ejemplo, fiesta de trineos, paseos con raquetas de nieve, excursión para identificar hojas de árboles diferentes, recoger manzanas o cualquier otra actividad de temporada que puedas practicar donde vives. Tanto ejercicio te dará hambre y, sin lugar a dudas, los picnics te harán entrar en calor, por mucho frío que haga. Algunos de mis picnics más memorables son los de otoño e invierno. Son capaces de calentar y alegrar lo que, de lo contrario, sería un día frío y gris.

The Art of Picnics: Seasonal Outdoor Entertaining sale el 10 de agosto de 2021 y ya está disponible bajo pedido por adelantado. Mientras tanto, puedes seguir a Alanna en Instagram. [Fotos: Alanna O’Neil]


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