Las motivaciones de las personas para viajar son variopintas. Independientemente de las necesidades más prosaicas de tener que ir de A a B por motivos personales, familiares o profesionales, cada uno de nosotros tiene también una gran variedad de motivaciones cambiantes que nos inspiran a desear visitar un lugar en concreto; tenemos la necesidad de visitar ese lugar.
Históricamente hablando, muchas personas viajaban para explorar, es decir, tenían el deseo de ver el océano, escalar montañas, sentir el desierto; otros, en cambio, lo hacían por motivos religiosos, para seguir un peregrinaje.
Hoy, los turistas viajan para divertirse, para celebrar y pasárselo bien, conocer gente nueva o simplemente relajarse y volver a coger fuerzas. Para muchos otros, no obstante, viajar ofrece una sensación de descubrimiento que brinda la posibilidad de ampliar o incluso transformar la visión que tenemos del mundo. Podría ser el mero hecho de abrirse a gente nueva, nuevas ideas, nuevos idiomas o quizás el arte, la música o los festivales.
Tal y como los paisajes naturales inspiran nuestra imaginación, también lo hacen los paisajes construidos con sus diferentes estilos arquitectónicos, los cuales nos evocan emociones también diferentes. Responde a nuestro test de personalidad y descubre un destino urbano que te toque la fibra emocional y te despierte tus instintos a un nivel más profundo…
Lo sentimos, los comentarios están bloqueados por el momento.