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Sukhinder Singh siempre ha sido coleccionista. De niño ya tenía una enorme colección de sellos que intercambiaba con otras personas de todo el mundo. Cuando creció, se vio fascinado por las botellas caleidoscópicas en miniatura que sus padres guardaban en un armario. Poco se hubiera imaginado entonces que esas botellas acabarían marcándole la vida para siempre.

Hoy, Singh es el co-propietario de The Whisky Exchange, un minorista especializado fundado en 1999 que vende whisky y otros licores online. También ha sido el co-fundador de The Whisky Show, una serie de dos eventos anuales centrados en el whisky y que se celebra en Londres y en Glasgow.

La malta, por pura curiosidad

Dice que entró en el negocio de los licores de manera accidental. Ayudaba a sus padres en su tienda de licores mientras buscaba trabajo, y acabó gustándole tanto que decidió hacer de eso su carrera. Empezó a coleccionar botellas en miniatura, y por aquel entonces llegó a tener una colección de 7000 piezas. Tras darse cuenta de que su pasión era quizás exagerada, decidió especializarse en el whisky de malta, un producto que siempre le fascinó.

Springbank 21-Year-Old, años 1980 : Una vieja botella de Springbank de 21 años. Esta fue añejada en barricas de jerez, embotellada en algún momento de los años 80 y lanzada en una botella más voluminosa que su oferta actual.”

Un día, cuando se encontraba en Escocia comprando una colección de botellas de whisky de malta en miniatura, Singh vio algo increíble: una botella grande, sobre un mantel, con una etiqueta que decía “Kirkliston Pure Malt”, un nombre que jamás había visto. Como el mismo Singh descubriría más tarde, se debía al hecho de que la destilería había cerrado en los años 30. «Pensé, ‘wow’, una botella de whisky de malta de una destilería ya desaparecida. Ya lo tengo. Esto es lo que deseo yo. Tardé 5 minutos en acabar el trato relativo a las botellas en miniatura, y una hora en convencer a la misma persona de que me vendiera la botella», dice Singh, riendo.

De lo raro a lo usual

Descubrir el mundo de los whiskies raros y antiguos le llevó a coleccionar botellas de mayor tamaño. Es entonces cuando Singh empezó también a asistir a subastas en Escocia a finales de los años 80, donde conoció a otros coleccionistas de todo el mundo. Por aquel entonces, el whisky de malta de una única destilería era un producto especializado. «No suponía ningún tipo de categoría especial, sino que más bien era algo muy pequeño y especializado», recuerda. «Las destilerías solo enviaban existencias a un puñado de países, siendo el Reino Unido uno de los más importantes». Residente en Londres, y trabajando en la misma línea de negocio, Singh tenía acceso a productos extraños, además de ir siempre buscando y comprando botellas para amigos que vivían en el extranjero. Así es cómo empezó a tratar con whiskies raros y antiguos.

Black Bowmore 1964: El tercero de los 3 extraordinarios barriles de Oloroso de 1964 que Bowmores lanzó a mediados de los 90, este último lote estaba compuesto por 1812 botellas. Con una concentración e intensidad de sabor casi insondables, y con el equilibrio perfecto entre fruta, turba y potencia, estos whiskies se merecen la etiqueta de'legendarios', que a menudo se utiliza en exceso, y han adquirido un estatus mítico``.

Poco a poco, las destilerías empezaron tener los mismos intereses que los coleccionistas y, entonces, por primera vez en la historia, empezaron también a elaborar productos especiales de edición limitada. Uno de los iconos de esta tendencia fue el Black Bowmore 1964, lanzado al mercado en 1993, y que es un whisky Bowmore de color negro debido a que está añejado en barriles de sherry durante 29 años. Solo se hicieron 2000 botellas a un precio de 70 libras esterlinas cada una. Ese fue uno de eventos que cambió el juego por completo y que hizo crecer el número de coleccionistas.

Haciendo un balance

Hoy Singh está en la cumbre de un mercado en pleno crecimiento. «Es interesante ver cómo los precios han aumentado en los últimos 10 y 20 años, y especialmente en los últimos 2 o 3 años», explica. «Las botellas raras y más buscadas han subido de 4 a 5 veces su precio en los últimos 3 o 4 años. Es una locura».

Tanto, de hecho, que el whisky – principalmente el de malta – se ha convertido últimamente en una forma de inversión, hasta el punto de que varios fondos disponen de carpetas bien documentadas de whisky con muchísimos inversores. «El mercado del coleccionismo está en plena forma», dice Singh, «y en estos momentos se está comportando mucho mejor que cualquier otra inversión en todo el mundo».  Como sucede con las acciones, invertir en whisky requiere amplios conocimientos del mercado, lo cual no es en absoluto fácil.

Para aquellos que saben de qué se trata, vale la pena intentarlo. Según Singh, el valor de las acciones aumentará todavía más. «La demanda por las acciones es tan alto que, literalmente, los precios están subiendo un 50% en uno o dos meses después de su lanzamiento. Estoy comprando más de lo que jamás había comprado en mi vida, incluso a los precios de hoy», nos dice.  «Y soy una persona que empezó cuando los precios eran de 65 libras por un Black Bowmore 1964. Vendimos esa botella hace 3 años por 5000 libras esterlinas y hoy ya tiene un precio de entre 15 mil y 20 mil libras».

Bowmore 1964 Fino Sherry Cask: 1964 parece ser una cosecha milagrosa para Bowmore - no sólo produjo Black Bowmore y la barrica Oloroso Oddbins, sino también esta hermosa expresión de Fino Sherry. Aquí la turba es moderada y sutil, dejando el camino libre para un Bowmore increíblemente afrutado que no todo el mundo entendía en el momento de su lanzamiento, pero que desde entonces se ha convertido en un clásico. Parece poco probable que volvamos a ver otro ejemplo de este estilo de Bowmore de esta época``.

Eso es todavía más exagerado, especialmente si tenemos en cuenta que el whisky es, después de todo, un negocio de riesgo. «Tomemos, por ejemplo, 5 barriles hermanas, las llenamos todas con el mismo líquido con una media hora de diferencia entre barriles. La madera probablemente proviene del mismo lote de árboles, del mismo bosque. Las dejamos añejar durante 10 o 15 años. Y todas serán diferentes. Eso, para mí, es lo más interesante de todo. Es algo que no sabes hasta que lo pruebas. Eso es lo que la gente no ve».

Un riesgo que vale la pena correr

A veces, un whisky se añejaría durante 20 o 30 años y acabaría absorbiendo demasiado el aroma de la madera. Lamentablemente, para eso no hay remedio alguno. Y aunque a día de hoy la tecnología permite a las destilerías microgestionar muchos más aspectos de su producción, no hay certeza alguna sobre los resultados finales. Ese es el motivo por el cual, según Singh, «los precios del whisky eran siempre tan baratos» en comparación a los de otros licores cuyos procesos de producción son más rápidos y menos baratos, como el vodka o la ginebra, los cuales no requieren añejamiento alguno.

Macallan 1926 60-year old: Un Macallan increíblemente raro, de la misma cepa que el famoso embotellador Peter Blake y las ediciones Fine & Rare. Sólo se produjeron 12 botellas numeradas individualmente, cada una con una hermosa etiqueta especialmente diseñada por el artista Valerio Adami. Una obra de arte en todos los niveles, tanto por dentro como por fuera.”

Es la misma incertidumbre que le sigue fascinando. «[Dado que] cada barril es diferente, de lo que se trata es de encontrar algo tan excepcional que realmente sorprenda a mis clientes», dice.

Porque el amor por el whisky es para siempre.

«Es el tipo de licor que, una vez te enamoras de él, ya no hay vuelta atrás. Se queda contigo para siempre, hasta que el médico te dice ‘adiós a la bebida», ríe.

La vida de Sukhinder Singh en 6 whiskies viejos y raros:

Kirkliston Single Malt – “La primera botella que compré”

Springbank 21-Year-Old, años 1980 / Dumpybottle – “El primer whisky que abrí”

Macallan 1926 60-Year-Old – “La botella más cara que jamás he comprado en mis 10 años como coleccionista, y la mejor inversión que jamás he hecho”

Longmorn 1971 / Scott’s Selection – “El whisky que hizo que me enamorara de Longmorn, hoy una de sus destilerías preferidas”

Bowmore 1964 Fino Sherry Cask – “Aromas de fruta tropical. Celestial. Un estilo único que principalmente se encuentra en esta destilería y en vintages de los años 60. Totalmente increíble”

Glenburgie Single Malt – “Me sorprendió lo bueno que era, especialmente su aroma amelocotonado. Un sabor típico de Glenburgie es el zumo de melocotón. Simplemente sensacional. No es fácil de encontrar. Yo no lo había bebido en años y, cuando lo hice, fue todo un descubrimiento y un nuevo amor”.


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