Desplaza

A veces es fácil olvidar qué preciosa comodidad es el agua, especialmente cuando la tenemos siempre a mano y solo hay que girar un grifo o una llave para que salga, literalmente, a raudales.

No obstante, la reciente sequía sufrida en Ciudad del Cabo nos ha recordado que no deberíamos darla por sentada. Hubo un momento en que parecía que los habitantes de Ciudad del Cabo no serían capaces de superar el verano a menos que recibieran agua de importación. Al final, sin embargo, se las arreglaron como pudieron, gracias a las extremas medidas de racionamiento. La sequía no se ha terminado todavía, pero las lluvias del invierno han dado a la ciudad otro año de margen para evitar el escenario del Día Cero.

En Sudáfrica y otros países que normalmente se ven afectados por la escasez de agua, el H2O está finalmente siendo tratada como el valioso elemento (o más bien, el compuesto, si nos ponemos técnicos) que realmente es. Aunque la jardinería que usa el agua inteligentemente solo es una práctica que forma parte de todo un estilo de vida caracterizado por ser consciente del uso del agua, sí que permite impulsar la biodiversidad, contribuir positivamente a un estilo de vida ecológicamente responsable, ayudar a frenar el cambio climático y prevenir la erosión del suelo.

Aprende de las antiguas civilizaciones

Dado que la plomería es una invención relativamente reciente, quizás valdría la pena dar un vistazo a cómo vivía la gente en climas calurosos en épocas en que el agua era mucho más difícil de encontrar. La jardinería mediterránea está inspirada en los jardines ancestrales que poblaban la región del Mediterráneo y, a su vez, puede servir de inspiración para diseñar otros jardines en climas secos y calurosos. Marilyn Medina Ribeiro, diseñadora de jardines y directora de Waterwise Gardens en Portugal, nos explica las ventajas que ello supone:

«Los jardines y la gestión de la tierra más tradicionales de la región mediterránea pueden servir de ejemplo para crear un jardín sano en climas parecidos. Las plantas deberían agruparse en función de sus necesidades de agua. Eso es, aquellas que requieren más agua, como las verduras y las flores, puede agruparse en pequeñas zonas cercanas a la casa para mayor facilidad y eficiencia a la hora de regarlas, mientras que las zonas de mayor extensión con plantas que requieren menos mantenimiento y agua pueden ser las más lejanas a la casa.

«El uso de la pavimentación es un tema recurrente ya desde tiempos antiguos y modernos; las zonas pavimentadas necesitan una irrigación cero, pero a su vez ayudan a que las plantas destaquen, dan una sensación de mayor orden y proporcionan un acceso cómodo de una zona a otra. Las piedras o la gravilla protegen las raíces de las plantas circundantes contra el calor».

«Regar ha sido tradicionalmente una práctica poco frecuente, aunque cuando se aplica se hace en abundancia, a fin de minimizar pérdidas y ayudar a que las raíces arraiguen a mayor profundidad. Se han creado embalses o canales en la tierra que rodea a los árboles y cultivos, y se inundan una vez por semana o cada quince días a fin de empapar el suelo. Las cisternas que recogen el agua de la lluvia o los tanques abiertos son característicos de los jardines o granjas de mayor antigüedad, en los que el agua acumulada durante el invierno se usa mesurada y cuidadosamente a lo largo de los meses más calurosos».

«Los jardines específicamente planificados para los climas autóctonos de cada región aportan toda una serie de beneficios. Visualmente, alegran la zona donde se encuentran, a la vez que cambian de manera drástica y preciosa con las estaciones del año. Las plantas crecerán en vez de simplemente sobrevivir, y lo harán sin el ‘sistema de vida asistida’ que supone la constante irrigación, fertilización y control de plagas, además de que la manutención general será significativamente inferior. Especialmente en verano, cuando un jardín irrigado proporciona material constante para la escarda y la lucha contra las plagas, el jardín seco de verano se convierte en una siesta dorada, lo cual nos permite sentarnos, relajarnos y disfrutarlo».

«Esta filosofía puede resumirse de manera sencilla: trabaja con la naturaleza, y no contra ella, y conseguirás que tu vida sea más fácil y más placentera en todos los sentidos».

Elige plantas autóctonas

La biodiversidad se ve amenazada por el cambio climático. No obstante, una biodiversidad aumentada puede reducir el impacto de ese cambio, y elegir especias autóctonas para nuestros jardines es una manera que tenemos los seres humanos de ayudar en ese aspecto. Simplemente es sentido común, ya que las plantas autóctonas han evolucionado durante millones de años para adaptarse a las condiciones de las zonas donde crecen, incluido el suelo, las temperaturas de las estaciones y la lluvia. 

Durante los días de mayores restricciones de agua, los jardines de hierba de Ciudad del Cabo se volvieron marrones y, salvo las plantas autóctonas más resistentes, las demás sufrieron inmensamente con el calor. Por suerte, el sur de África tiene una amplia gama de plantas que se adaptan perfectamente al difícil clima de la región; Ciudad del Cabo mismo, está ubicada dentro de la Región Floral del Cabo, el reino vegetal más diverso del planeta. El mundialmente famoso Jardín Nacional Botánico de Kirstenbosch, que está situado en las rampas de la Montaña de la Mesa, está casi exclusivamente dedicado a la flora autóctona del país y puede servir de inspiración a aquellos habitantes de Ciudad del Cabo que deseen plantar un jardín resistente a la sequía del próximo verano.

La experta en jardinería y especializada en uso inteligente del agua de Ciudad del Cabo, Marijke Honig, ha escrito un libro llamado Plant Palettes en el que nos explica cómo crear un jardín autóctono de ensueño. La autora nos presenta algunas ideas para que las especias autóctonas nos crezcan sin demasiados problemas:

«Cuando selecciones plantas para el jardín, elige plantas autóctonas de tu región de lluvias, ya que tienen muchas más posibilidades de sobrevivir a las precipitaciones naturales una vez que hayan arraigado bien en el jardín. Fíjate también en la distribución natural de las especies de plantas; las especies más extendidas pueden, por norma general, tolerar una mayor diversidad de condiciones, mientras que las plantas menos endémicas requieren de una ayuda más especializada. En mi experiencia, las plantas de las zonas costeras de Strandveld y Ciudad del Cabo tienden a ser más resistentes; son auténticas supervivientes y se adaptan mejor a los cambios. Por ejemplo, los arbustos de hoja perenne como la Searsia Crenata son plantas de larga vida en estos jardines».

«Las plantas suculentas son otra muy buena opción, ya que requieren poca agua y resisten bien los largos períodos de sequía. Visita un jardín botánico o un centro de jardinería en tu localidad y descubre qué plantas autóctonas de tu región son las más adecuadas para un jardín con uso de agua inteligente. En general, las plantas que viven en lugares sin irrigación son la mejor opción en estos casos. Si las plantas de áloe pueden sobrevivir en las cunetas de las autopistas, es que probablemente aguantarán un verano caluroso en tu jardín».

Crea un fabuloso oasis urbano

La experta en jardinería y especializada en uso inteligente del agua de Ciudad del Cabo, Marijke Honig, ha escrito un libro llamado Plant Palettes en el que nos explica cómo crear un jardín autóctono de ensueño. La autora nos presenta algunas ideas para que las especias autóctonas nos crezcan sin demasiados problemas:

«Cuando selecciones plantas para el jardín, elige plantas autóctonas de tu región de lluvias, ya que tienen muchas más posibilidades de sobrevivir a las precipitaciones naturales una vez que hayan arraigado bien en el jardín. Fíjate también en la distribución natural de las especies de plantas; las especies más extendidas pueden, por norma general, tolerar una mayor diversidad de condiciones, mientras que las plantas menos endémicas requieren de una ayuda más especializada. En mi experiencia, las plantas de las zonas costeras de Strandveld y Ciudad del Cabo tienden a ser más resistentes; son auténticas supervivientes y se adaptan mejor a los cambios. Por ejemplo, los arbustos de hoja perenne como la Searsia Crenata son plantas de larga vida en estos jardines».

«Las plantas suculentas son otra muy buena opción, ya que requieren poca agua y resisten bien los largos períodos de sequía. Visita un jardín botánico o un centro de jardinería en tu localidad y descubre qué plantas autóctonas de tu región son las más adecuadas para un jardín con uso de agua inteligente. En general, las plantas que viven en lugares sin irrigación son la mejor opción en estos casos. Si las plantas de áloe pueden sobrevivir en las cunetas de las autopistas, es que probablemente aguantarán un verano caluroso en tu jardín».

«Siempre será mejor regar temprano por la mañana, cuando las plantas absorben el agua con mayor rapidez y la evaporación es más baja. Las aguas residuales que sean relativamente limpias (es decir, la que proviene de las lavadoras, fregaderos y baños) pueden usarse para regar árboles y arbustos.

«En jardines muy pequeños o en balcones, estas técnicas pueden aplicarse a los tiestos bien aislados. La ‘maceta’ que más agua ahorra es el huerto por capilaridad, ya que dispone de una reserva ubicada en su base que permite que la humedad ascienda por acción capilar por las raíces de las plantas».

Comienza desde abajo

La jardinería sostenible empieza por el suelo. No obstante, el suelo no está solo ahí para aguantar las plantas, ni vice versa. La vegetación no solo evita la erosión del suelo, sino que también mejora la capacidad del mismo suelo de almacenar el agua y lo ayuda a mantener el dióxido de carbono en la tierra, reduciendo de este modo la cantidad de gases invernadero que se liberan en la atmósfera.

La Iniciativa de Suelos Saludables que se está llevando a cabo en California tiene como fin fomentar el desarrollo de suelos saludables en granjas y ranchos. La California Native Plant Society, una organización sin ánimo de lucro dedicada a la conservación de plantas autóctonas y sus hábitats naturales, brinda varios consejos a los jardineros domésticos:

«Escoger la vegetación correcta para las condiciones climatológicas te permitirá asegurar de que tus plantas se arraiguen bien a la tierra y crezcan con la mínima intervención, es decir, con tan poca agua y fertilizantes como sea posible. A fin de evitar la erosión del suelo, cualquier vegetación es mejor que la ausencia de la misma, aunque ciertas vegetaciones subterráneas y plantas perennes de raíz profunda son especialmente beneficiosas».

Es posible que encuentres un mapa de suelos exclusivo para tu zona que, por norma general, suelen suministrar las universidades o las agencias medioambientales.  También puedes enviar muestras a un laboratorio a fin de que te faciliten un desglose de los niveles de pH y nutrientes. Empieza con un análisis del sitio, que es una manera sofisticada de simplemente decir ‘arremángate y ensúciate las manos’. Cava en varios puntos de tu jardín y toma notas de los diferentes tipos de suelos, caudales de agua y drenajes que te encuentres; la exposición de cada uno de esos puntos a la luz del sol y al viento; y su orientación (norte o sur). Toma una o varias muestras, dependiendo de la uniformidad de la tierra en todo el jardín.

Un test de drenaje del suelo, lo que implica tener que llenar un agujero de 30 centímetros con agua y observar la rapidez con la que el agua se drena tierra abajo, te dirá si puedes usar plantas a las que les guste el suelo húmedo o de raíces secas. También te ayudará a hacerte una lista de todas las plantas que actualmente aguantan bien en ciertas ubicaciones. Si tu no las has plantado (y aunque solo sean hierbajos), descubre cómo se llaman y qué condiciones de tierra las favorecen para, a partir de ahí, poder escoger plantas parecidas para el mismo sitio. Si te preocupa que el suelo esté contaminado debido a la fertilización o los pesticidas, planta especies que restauren el suelo. De lo contrario, deja que los resultados que vayas obteniendo y los análisis que lleves a cabo sobre el suelo te guíen a la hora de seleccionar las plantas para tu jardín».


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