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Corrían aquellos años, que hoy nos parecen más propios de la edad oscura, en que la moda vegana estaba vista como una opción poco atractiva que a duras penas sobrevivía entre la moda de la piel plastificada barata, los tejidos sintéticos altamente inflamables y el estilo del lino rústico y los tejidos de cáñamo picantes e incómodos. Hoy, sin embargo, y gracias a la creciente popularidad de los estilos de vida basados en el concepto de no crueldad, las opciones vegetales se han apoderado de la moda.

La mayor sensibilización de la moda sostenible, incluso entre aquellos que no descartan el uso de productos animales en sí, está convirtiendo el mercado especializado de productos en toda una moda que incluso está suscitando cada vez más innovaciones, y a veces totalmente estrafalarias.

La experta en sostenibilidad y moda, Dorte Lange, se dedica a curar moda lenta para la revista online y boutique conceptual The Lissome. Dorte no solo ha observado una evolución, de sustitutos de la moda vegana a alternativas sostenibles, sino que además está convencida de que la «moda vegana debe ser sostenible para seguir siendo relevante».

«Las actuales innovaciones textiles que utilizan fibras de piña y hongos, e incluso los proyectos de investigación de laboratorio que tienen como objetivo crear soluciones revolucionarias para el sector de la moda, forman una sinergia perfecta que protege a los animales y, a su vez, también el clima y el medioambiente», nos explica Lange.

Me interesa ver cómo estos nuevos materiales ecológicos pueden conseguir que tu vestuario sea más sostenible, sin tener que sacrificar el bienestar de los animales, ni tu propio estilo de vida.

Cuero de champiñon

El cuero, quizás el producto animal más polémico y más usado en el sector de la moda, y el más difícil de reemplazar, ha sido durante muchos años el Moby Dick del sector de la moda.

No hay manera alguna de cultivar piel y los procesos tóxicos del curtido tienen un impacto desolador en el medioambiente. No obstante, durante muchos años se consideró que era imposible replicar las muchas e indiscutibles cualidades que la piel animal nos ofrece. Aunque muchas alternativas hicieron cuanto pudieron para «falsear» la imagen y el tacto del cuero, enseguida fueron criticadas por la negativa evaluación que se hizo de su ciclo de vida. Otras, con más éxito, dieron rienda suelta a su alteridad ofreciendo bolsos, zapatos y accesorios hechos de ropa, mimbre o madera.

El corcho, uno de los materiales más ecológicos y parecidos al cuero que existen, fue uno de los pocos que llegó a acercarse,…hasta ahora, cuando le ha aparecido un nuevo contrincante. La MuSkin, o cuero de hongos, se elabora a partir del capuchón de los hongos, o para ser exactos, de «la mayor fruta fúngica jamás conocida» y que crece naturalmente en los bosques subtropicales. Hay muestras disponibles online en Life Materials, que obtienen la materia prima en Sudáfrica y la acaban en Italia. Dos compañías americanas, Myco Works y Bolt Threads (véase a continuación), están trabajando en cuero hecho de micelio, la estructura de la raíz subterránea de los hongos. En la exposición que en estos momentos se está llevando a cabo en el Victoria & Albert Museum de Londres, puede verse un prototipo de bolso diseñado por Stella McCartney, hecho de cuero de micelio elaborada por Bolt Threads.

Moda frutal

Algunas de las innovaciones más interesantes de la moda vegana de estos últimos años han sido especialmente frutales. Desde que hace dos años informamos acerca de Piñatex, la compañía ha experimentado éxitos uno detrás del otro. Hoy ya disponemos de una amplia gama de productos elaborados con materiales textiles naturales, creados a partir de las fibras de la hoja de la piña, lo que ha provocado que la compañía haya sido premiada con una beca que la ayudará a seguir trabajando para alcanzar su objetivo de convertir el textil en completamente biodegradable.

Em Mendoza, Director de marketing de Piñatex, cree que este nuevo material ha intrigado también a los omnívoros. «Las alternativas vegetales todavía son algo muy especializado», afirma Mendoza. No obstante, «el hecho de no estar basadas en productos animales no significa que sean productos sostenibles. La sostenibilidad va un paso más lejos: crear algo que tenga el impacto negativo más mínimo posible en el medioambiente con el fin de garantizar que los recursos continúen estando disponibles en el futuro. Hoy en día la gente es más consciente de las repercusiones que tienen los residuos. Las innovaciones sostenibles son una prioridad en la sociedad actual, lo que cada vez está llevando a más gente a descubrir nuevos materiales alternativos a los ya conocidos pero que tienen un impacto negativo en el medioambiente. Más start-ups están descubriendo nuevas alternativas, lo que creo que es positivo para revolucionar el sector».

A juzgar por la gama de tejidos disponibles, la revolución vegetal está claramente en camino. Gracias a otros textiles elaborados con productos derivados de las frutas, ahora puedes vestirte y llevar un estilo de vida sano y saludable.

Los emprendedores italianos están aprovechando al máximo los sectores más importantes del país, como son la agricultura y la moda, para convertir los residuos en materia prima y así hacerse con el mercado. La empresa siciliana Orange ​Fiber, por ejemplo, extrae celulosa cítrica de los residuos generados por los cultivos de frutas de la isla, que a continuación pasan a hilarse y tejerse para formar una tela sedosa delicada.

[Fotos: Orange Fiber]

La representante para medios, Maria Elena Nicotra, nos explica la pequeña huella hídrica del tejido, comparativamente mucho más positiva en relación incluso a otros textiles veganos. «Nuestra fibra no requiere una productividad especializada alternativa al consumo alimenticio ni tampoco tiene ningún tipo de dependencia directa de los recursos naturales, sino que simplemente reutiliza los residuos, con lo cual no necesitamos ninguna extensión de tierra cultivo, fertilizantes ni contaminantes medioambientales».

El tejido resultante es de la mejor calidad, como nos lo demuestra el hecho de que una de las primeras marcas de diseño en usarlo haya sido Salvatore Ferragamo. Nicotra continúa, «si se usa en estado puro, el 100% del textil cítrico resultante tendrá un tacto sedoso y suave, será ligero, y será opaco o brillante dependiendo de las necesidades del diseñador». Para obtener resultados diferentes, puede mezclarse con elastano, algodón o seda, según la disponibilidad de estos otros materiales.

[Fotos: Vegeatextile]

Otra empresa italiana ha desarrollado y patentado Vegeatextile, el cual extrae biopolimeros de la biomasa del sector vinícola (léase, pieles, tallos y semillas de uva). El propietario de Vegea, Gianpiero Tessitore, está orgulloso de los premios de sostenibilidad con los que su innovación ha sido galardonada. «Nuestra tecnología nació con la intención de reducir el desecho industrial a través de la valorización de los productos derivados de la industria agroalimentaria y reutilizarlos como materiales de alto valor añadido y bajo impacto medioambiental. Bajo la dirección creativa del eco- diseñador Tiziano Guardini, trabajamos a partir de los primeros prototipos hasta crear vestidos, bolsos y zapatos con los que mostramos el gran potencial y versatilidad del material». Esta elegante colección demuestra que nuestro material y la piel son casi indistinguibles. ¡Brindemos por eso!

Estilo STEM

Aunque incluso las más naturales de las fibras requieren cierta intervención humana para convertirse en tejidos de pasarela, aquí nos encontramos con intrigantes alternativas que son de producción totalmente artificial. Bolt Threads, una sociedad de capital de riesgo con sede en la Bahía de San Francisco, «cree que las respuestas a nuestros más irritantes problemas se encuentran en la naturaleza», lo que los ha llevado a estudiar los productos más refinados de la naturaleza con el fin de replicarlos en un laboratorio.

El cuero de micelio (véase más arriba) es su innovación más reciente, aunque su microseda ya ha sido objeto de pruebas por parte de Stella McCartney y Patagonia.

[Fotos: Bolt Threads]

El kit de prensa nos explica el proceso paso a paso: «Nuestro proceso empieza por estudiar atentamente las propiedades de las proteínas de la seda que encontramos en la naturaleza. A continuación desarrollamos proteínas inspiradas en estas sedas naturales a través de ir poniendo genes en la levadura. Elaboramos la proteína en grandes cantidades a través del proceso de fermentación en el que usamos levadura, azúcar y agua. Por último, las proteínas se hilan y se convierten en fibras, y más tarde en hilo que puede tejerse como si fuera seda.

En la Costa Este, Modern Meadow, otra start-up biotecnológica, está utilizando un enfoque parecido para crear cuero en un laboratorio a partir del colágeno. Jill Meisner, Directora de Comunicaciones, nos explica que, aunque  Modern Meadow ofrece «productos de procedencia animal, sin el animal», la empresa no está desarrollando exactamente alternativas puramente vegetales. «Estamos utilizando colágeno, una proteína de desarrollo natural que solemos encontrar en la piel (animal y humana), para desarrollar nuestros materiales. El colágeno que utilizamos, no obstante, proviene de las células de la levadura y no proviene de células animales».

Para aquellos consumidores que den tanta importancia a la moda como al medioambiente, la promesa de una alternativa de alta calidad al cuero, y sin impacto negativo, es una muy buena noticia, independientemente de las etiquetas veganas que se les puedan poner o no.


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