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“Conciertos como el de esta noche en Londres hacen que tocar sea importante. […] Hay tanta magia por todas partes”, dice en su página de Facebook el cantante principal, Hamed Sinno, después de la presentación que Mashrou’ Leila ofreció dentro de la serie de conciertos de verano que se celebra en alianza con American Express. Presentaciones que se han realizado en la Somerset House de Londres, un lugar arquitectónicamente espectacular y conocido por la diversidad y el dinamismo de los eventos culturales y las exposiciones que en él se celebran.

El grupo tocó ante una sala llena de seguidores y curiosos aplaudiendo y cantando todos los éxitos de su primer álbum, Ibn el Leil (Hijo de la noche). Sinno, quien se ha declarado abiertamente gay, nos hace notar la importancia de la bandera que ondea orgullosa sobre la sala de conciertos, mientras nos señala unas imágenes de un asombroso atardecer y un cielo salpicado de grandes nubes que parecen pintadas en tonos rosa y naranja, a la vez que enfatiza: “todo ello se vuelve insignificante cuando lo comparas con la audiencia”.

[Fotos: Akeela Bhattay]

El público de Mashrou’ Leila es tan diverso como el grupo en sí, la variedad de los instrumentos que tocan y el sinfín de temas sobre los que nos hablan sus canciones. La banda (cuyo nombre puede significar ‘Proyecto nocturno’ o ‘El proyecto de Leila’) es fruto tanto de la pasión por la música y un enorme deseo de articular toda una serie de cuestiones que afectan a toda una generación, como de las sesiones musicales nocturnas de un grupo de estudiantes universitarios.

Además del cantante, escritor y líder del grupo, Sinno, la banda está conformada por Firas Abou Fakher (guitarra y teclados), Carl Gerges (batería) y Haig Papazian (violín), a los que se les une en el escenario el bajista Ibrahim Badr. El sonido es una mezcla explosiva de swing jazz, indie rock y pop barroco, acentuado por la poderosa e hipnótica voz de Sinno.

Sinno canta únicamente en árabe, aunque esto no ha sido impedimento para ganarse la atención de jóvenes millenials y de la generación Z de todo el mundo, lo que demuestra el  poder de sus letras sobre sexualidad, feminismo, gobiernos injustos y política en general, todo ello relacionado en cierta medida con la existencia de un público más consciente en el mundo. La nueva edición deluxe de su último álbum nos ofrece su nuevo tema, Roman. El nuevo sencillo y su precioso video, dirigido por la directora libanesa Jessy Moussallem, expresa el poder y la resistencia de las mujeres árabes silenciadas por el feminismo blanco que, a menudo, las representa de manera binaria.

El calibre diferente del grupo significa que, en cierto modo, son prisioneros de su papel como representantes del mundo árabe, es decir, de una gran cantidad de naciones de características, tradiciones y culturas muy diferentes. “Es agotador”, reconoce Sinno, “y si tuviéramos en cuenta la enorme expectativa que ello genera… Bueno, es imposible. Es imposible hablar en nombre de millones de personas diferentes en un espacio tan amplio y diverso. Es absurdo incluso pensarlo. Y cuando los medios de comunicación occidentales nos hacen este tipo de cuestionamientos, es un recordatorio de que no se espera que los artistas blancos tengan que lidiar con ese tipo de cargas”.

Creo que toda la música tiene esencia. Todos le aportamos significados diferentes a la música que escuchamos y al arte que consumimos. – Hamed Sinno

Sobre el significado de las canciones…

No hay duda alguna de que su público se ha sentido atraído debido a los mensajes de justicia de sus canciones, ¿pero le aporta eso más sustancia a su música?

“Creo que toda la música tiene sustancia y significado”, dice Sinno. “Todos le aportamos significados diferentes a la música que escuchamos y  al arte que consumimos. Nuestra música suele hablar y señalar los problemas a los que nos enfrentamos tanto nosotros como nuestras comunidades, las cosas que nos apasionan, muchas de ellas políticas, lo que podría considerarse activismo. Pero el significado puede atribuirse a cualquier tipo de música, desde la más intelectual hasta la comercial. La clave está en el consumidor y lo que la música significa para él”, añade.

“Aunque nos apasionan diversos temas, también nos apasiona la música en sí, el proceso de creación y oír sonidos diferentes” nos dice. “Es algo increíble y fundamental a la hora de crear nuestra propia música. Si nos fijamos en las canciones de los años 80 que se han convertido en himnos de la homosexualidad, nos damos cuenta de que son los fans quienes le han atribuido un significado más profundo a la canción de lo que el artista había pretendido en primera instancia”, puntualiza Sinno.

“Incluso si aíslas una canción en particular de un contexto, un tiempo y un lugar, continuará teniendo significado para una audiencia en algún lugar del mundo”, añade Abou Fakher. “La gente busca en la música cosas diferentes, y no es que una canción no tenga ningún significado, sino que simplemente no te gusta. Creo que es difícil escribir música sin ningún tipo de sustancia en absoluto”.

Sobre las celebridades globales…

Cuando le preguntamos sobre la influencia que un gran público puede tener en la creación de nueva música, Abou Fakher nos dijo: “No creo que hayamos sido influenciados por el hecho de saber que nos escuchan públicos diferentes. Más bien tendemos a realizar cambios, si y cuando nos encontramos demasiado cómodos (en el proceso creativo). Nos retamos a nosotros mismos e intentamos que el proceso continúe siendo emocionante. Pero quizás el incentivo para cambiar sea el hecho de gozar de más oportunidades porque tenemos unos seguidores fieles, porque sabemos que nuestra música se escucha”, agrega.

A lo que Sinno añade: “Cuando empiezas, tus metas son más pequeñas y no miras tan lejos. Pero la confianza que vas ganando, cuando sabes que hay gente que disfruta con tu música y que tu popularidad va creciendo, te crea el deseo de perseguir otras metas: tocar ante públicos más numerosos o escribir una canción en inglés, sabiendo que tenemos una audiencia de habla inglesa que nos es fiel. Pero creo que deberíamos ser cautos al decir en qué medida nos han influido estos factores a la hora de hacer música. Existe el riesgo de crear música solo y exclusivamente para conservar tus seguidores, y cuando empiezas a hacer música para únicamente gustar a la gente, entonces pierdes tu integridad”.

Sobre sus inicios…

La cuestión de lograr “entradas agotadas” es algo que el grupo jamás pensó que tendría que plantearse, su ascenso a la fama en la escena indie no fue tan claro como uno puede pensar. Gerges nos comenta: “Cuando empezamos, hace 10 años, no había muchos grupos de música profesionales en el Líbano. Ello se debe a varias razones: en el Líbano no tenemos la infraestructura necesaria que las bandas necesitan (estudios de grabación y producción, y disqueras). Eso hizo que para nosotros empezar fuera complicado, además del hecho de que en Oriente Medio, vivir de la música era un gran riesgo a nivel artístico”.

A lo que añadió: “Creo que tuvimos suerte de tener la oportunidad de tocar en uno de los mayores festivales del Líbano, y resultó que era la primera vez que un grupo libanés era el artista principal. Quizás suene un poco pretencioso, pero creo que ese fue el momento clave en el que la escena musical underground experimentó un cambio radical en el Líbano. Desde entonces, se han organizado más eventos para artistas libaneses, y decidimos arriesgarnos y hacer música profesionalmente”.

En lo que respecta a la escena musical, Abou Fakher nos cuenta que: “en aquellos momentos, no había una industria musical como tal; no ya una escena punk o grunge o folk, sino un sonido cohesionado que pudiera identificarse como una escena musical. Lo que creo que sí hay es una escena de supervivencia. Todos los grupos intentan hacerse un espacio donde poder existir como banda, darse a conocer y hacer lo que les gusta. Aunque tampoco pienso que esto sea exclusivo del Líbano. Creo que no hay una escena musical cohesionada y distinta en ningún sitio, a menos que consideres la música comercial”.

Y admite que: “Creo que la diferencia principal es que en los EE. UU. y en el Reino Unido hay un camino más definido para los músicos; la industria descubre música nueva e interesante, se fichan grupos y, a partir de ahí, entras en un mundo diferente. En el Líbano es muy diferente, no tienes muchas opciones, aparte de hacerte tú tu propio camino. Es más orgánico”.

Sobre lo mejor del Líbano…

Respecto a cuáles son sus lugares favoritos en el Líbano, Abou Kakher se entusiasma al hablar de Baalbek, uno de los asentamientos romanos mejor conservados del mundo, donde hay tres templos. “Es un lugar al que todos nos encanta ir”, confiesa.

Por su parte, Gerges enumera una serie de lugares, incluida la ciudad de Tyre, las playas de Saida, la ciudad portuaria de Byblos y el pueblo de Deir al-Qamar. “Y el Centrale es un bar fantástico que tienes que visitar cuando vayas a Beirut”, dice. “Arquitectónicamente es muy bonito y un lugar genial”.

“Es elegante”, se queja, Sinno.

Sobre la parte positiva de hacer giras…

En aquellas ocasiones que la banda tiene algún tiempo libre, los chicos se centran en la comida, nos dice Sinno: “Somos amantes de la cocina, así que nos gusta descubrir lugares que sean famosos por ser realmente buenos. Es una de las pocas fuentes de confort que tienes cuando estás de gira. También intento ir al gimnasio porque me da sensación de rutina”.

Papizán admite que “también nos gusta ver nuevas y excitantes exposiciones en las ciudades que visitamos cuando tenemos tiempo, claro”, mientras actualiza la cuenta de Instagram del grupo. Tanto Gerges como Papizan son fotógrafos prolíficos. El primero ha sido un fanático de las cámaras vintage desde que era pequeño y ahora usa el santo grial de las cámaras fotográficas: una Leica. El segundo es un arquitecto fascinado por el espacio y diseño. Son ellos dos los que mantienen al grupo actualizado en las redes sociales con imágenes de gran calidad  y, por lo tanto, los que permiten que tanto sus fans como cualquier amante de la fotografía pueda seguirlos durante sus viajes.

@haigpapa and @ibbadr ?: @vartankelechian_photography

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Mashrou’ Leila termina su gira Ibn el Leil en el Líbano este mes, antes de mudarse temporalmente a Nueva York, donde pasarán este próximo otoño trabajando en nuevas canciones, mientras Sinno impartirá un curso en la Universidad de NY y ejercerá de artista invitado en la universidad.

Artículo de Akeela Bhattay

[Foto arriba: Akeela Bhattay]


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