Desplaza

Este mes se cumplen 25 años del estreno de una película que tuvo un gran impacto entre los cinéfilos. Pulp Fiction, la segunda película de Quentin Tarantino, fue una manera elegante de sumergirse en el bajo mundo de los asesinos a sueldo, boxeadores corruptos y ladrones de cafeterías. Narrada en capítulos en tiempo no lineal, la historia ofreció una visión cruda y refrescante del cine en sí, en una década en la que Hollywood se encontraba en un estado totalmente cambiante. Situada al borde del desastre del futuro digital, la película fue un claro recordatorio de las técnicas que nos habían llevado hasta aquí.

Y hoy, un cuarto de siglo más tarde, la película continúa siendo considerada como una de las mejores películas de todos los tiempos. Pero, ¿por qué? Analizamos la cinta, y éstas son las razones por las cuales creemos que esta película jamás pasará de moda…

El rebelde con causa 

El reciente éxito Érase una vez en Hollywood mostró que Tarantino continúa siendo uno de los gigantes de la gran pantalla, incluso en un momento en el que las únicas películas que parecen tener éxito son las de superhéroes o con grandes explosiones. En 1994, no obstante, su legado no estaba todavía garantizado. Su primera película, Reservoir Dogs, fue todo un éxito creativo, aunque no encontró una audiencia en América (la película tuvo mucho más éxito en el Reino Unido, donde la polémica creada por la escena del corte de la oreja de uno de los protagonistas trajo controversia… atrayendo a curiosos y a amantes del cine por igual a las salas de cine). Su próxima película fue la más importante de su carrera, pero para cambiar su futuro tuvo que mirar atrás, especialmente a las revistas de papel de pulpa (pulp) que contaban historias de policías y ladrones en episodios.

“La idea de Pulp Fiction era llevar a la gran pantalla el género pulp, tal y como se representaba en revistas como Black Mask,” afirmó Tarantino en una entrevista con el American Film Institute. «Así que la idea en el caso de Pulp Fiction era tomar tres historias por separado y convertirlas en las historias más antiguas del libro: el personaje de Vincent, el matón, tiene que salir con la mujer del jefe, ¡pero sin tocarla! En el caso de la historia de Bruce Willis, el boxeador se supone que tiene que dejarse ganar el combate, pero no lo hace, y como resultado, la mafia lo persigue». La tercera historia tendría el punto de partida en el típico asesino a sueldo de película. «Pensé ‘… ¿y qué pasa si salimos a dar una vuelta con ellos?’», nos cuenta Tarantino.

Lo que pasaría sería una mezcla inolvidable de violencia, cultura pop, humor e intriga que haría que el entonces director de apenas 31 años de edad ganara la Palm d’Or y un premio de la Academia por mejor guión original.

La estructura de una obra maestra

La belleza de la película reside en que sumerge al espectador en el mundo fantástico creado por el mismo Tarantino. Empezamos en una típica cafetería en la que dos criminales (Tim Roth y Amanda Plummer) mantienen lo que aparenta ser una conversación informal. De pronto, no obstante, deciden atracar la cafetería en la que están sentados, y entonces suena la inconfundible melodía de la película, la cual nos transporta del mundo ‘real’ al mundo ‘suprarreal’ de Pulp Fiction.

Ahora, de pronto nos encontramos en un complejo de apartamentos retro siguiendo las conversaciones cotidianas de los sicarios Jules Winfield (Samuel L. Jackson) y Vincent Vega (John Travolta) y sus debates sobre comida rápida y masajes de pies, antes de entrar en una tórrida acción de violencia. A continuación seguimos a Vincent Vega, acompañando una noche a Mia Wallace (Uma Thurman), la esposa de su jefe mafioso, el cual ve sus buenas intenciones saltar en pedazos a causa de una sobredosis accidental. Después conocemos al boxeador, Butch (Bruce Willis), y a su novia Fabienne (Maria de Medeiros), la cual olvida el reloj de anticuario de su padre y eso los lleva a un arduo viaje a través de LA. Por último, la historia nos devuelve a la cafetería en la cual muchos de los protagonistas se cruzan accidentalmente en una secuencia final inolvidable.

Aunque los cronogramas están fragmentados, la razón que explica la calidad de la película recorre progresivamente el corazón de la historia: tareas cotidianas realizadas en un mundo fantástico por personajes carismáticos que nos llevan a desventuras que pueden ser emocionantes, espeluznantes y divertidas en la misma medida. La historia nos presenta a personajes que son más que la suma de sus partes. Por ejemplo, en otra película, Mia (Thurman) hace el papel de la amante bidimensional de un gánster. Aquí encarna a un personaje inteligente y poderoso, que además es plenamente consciente de la autoridad que tiene sobre Vincent. Entre gritos y groserías, Jules es altamente filosófico en sus reflexiones, hasta el punto de tener una  experiencia cercana a la muerte como signo de que debe convertirse en el Buen Pastor que se menciona en la Biblia. Incluso Butch, que aparenta ser un simple patán, es mucho más profundo e inteligente de lo que sus jefes pensaban. «Así es cómo vamos a ganarlos, Butch. Te subestiman continuamente», se dice Willis a sí mismo en un momento de la película.

Como sus personajes, Pulp Fiction es mucho más de lo que a simple vista parece estar en la superficie. Inspirada en las películas con las que creció el mismo Tarantino, el guión nos lleva por caminos inesperados en lugar de verse guiado constantemente, como sucede con muchas películas de Hollywood. No hay nada que no tenga una razón de ser, y mientras que las vistas y los sonidos son entretenedores, no hay una sola palabra en el guión que no deba estar dónde está ni decirse como se dice. Todo tiene una finalidad y te conduce al próximo capítulo de la historia. Es una película con una realización excepcional, nacida fruto de toda una vida dedicada al estudio cinematográfico y de la devoción por hacer que cada toma, cada escena, sea una obra de arte por sí misma.

Una revolución indie

La película tuvo un éxito acaparador en todo el mundo con una taquilla de 213 millones de dólares (unos 368 millones hoy) a partir de un presupuesto de 8 millones de dólares. Culturalmente hablando, unió todo un seguido de frases, eslóganes y momentos icónicos que tejieron el espíritu de una época. La imagen de John Travolta y Uma Thurman bailando a ritmo de twist en el restaurante de Jack Rabbit Slim es inconfundible para cualquiera; mientas que toda una generación de amantes del cine desarrolló el sorprendente don de recitar las frases mientras citaban los versículos bíblicos favoritos de Jules Winfield. En una entrevista de junio de 2019 en el programa de televisión The Today Show, Samuel L. Jackson remarcó que hay fans que todavía le recitan el guión: «‘¿Sabes cómo le llaman en Francia a una hamburguesa de cuarto de kilo con queso?’, es la frase más popular entre personas de una cierta edad». Teniendo en cuenta que Jackson ha actuado en 150 películas, eso es algo a lo que podríamos referirnos como alto impacto.

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Más que eso, la película marcó una nueva época y manera de hacer ciertos tipos de películas en los años 90. Nuevos directores como Paul Thomas Anderson, Darren Aronofsky y Spike Jonze gozaron de una plataforma para debutar de manera mucho más amplia de lo que habría sido sin Pulp Fiction, a la vez que los coetáneos de Tarantino como Kevin Smith, Robert Rodríguez y los Hermanos Coen pudieron atreverse con temas más arriesgados ahora que el cine provocativo estaba de moda. Aunque no respondan exactamente a un mismo estilo, películas como  El Gran Lebowski, Boogie Nights y El club de la pelea tuvieron la suerte de encontrarse con una audiencia hambrienta de historias diferentes.

Una lista de estrellas de primera

Uno de los factores más notables de Pulp Fiction fue las carreras que inició e hizo renacer. Samuel L. Jackson era un personaje popular en el mundo del cine de aquel momento, que había realizado buenos papeles secundarios en Jurassic Park y Haz lo correcto. No obstante, su famoso discurso sobre ‘Ezequiel 25:17’ lo impulsó a liderar un nuevo territorio en el que Jackson, en el papel del asesino religioso Jules Winfield, pudo mostrar todo su poder y habilidades como actor. Este legado se ha perpetuado en otras películas modernas hasta el punto que incluso se hace una referencia a Pulp Fiction en la película de Marvel protagonizada por el mismo Jackson, Capitán América: El soldado de invierno.

Es aquí que Tarantino también se ganó una reputación como el director capaz de revivir carreras artísticas debilitadas. Bruce Willis venía directamente de tres desastres de taquilla (El gran halcón, Zona de impacto y la película familiar North) cuando pasó a caracterizar a Butch, un boxeador con problemas parentales y una relación fragmentada. Su actuación mostró otra faceta de Willis, como hombre más tranquilo, más considerado, que hizo renacer su carrera artística con cintas de gran éxito como Doce monos, El quinto elemento y Armagedón.

No obstante, nadie sacó mayor provecho de esta película que John Travolta en el papel de Vincent Vega como un vándalo que tiene una cita. El personaje era una antiestrella: Travolta estaba pasado de peso, llevaba una cola de caballo grasienta y su postura parecía la de un jorobado. Estaba a años luz del Travolta de Fiebre de Sábado por la Noche o Grease. Pero aún en este nuevo papel, le volvió a recordar a los espectadores que es un actor de lo más genial. ¡Y sin casi esforzarse! Ya sea reteniendo a un ladrón a punta de pistola vestido en pantalones cortos de surfista o salvando a Mia de una sobredosis, su magnetismo hizo que Hollywood volviera a fijarse en él y volviera a darle décadas de gloria.

En ese momento, no obstante, su contratación era un riesgo. “Quería a John, pero su carrera no pasaba por su mejor momento”, recuerda Tarantino en una entrevista con el actor Jamie Foxx. “(El productor) estaba como que no lo quería ver ni en pintura, y tuve que recordarle qué gran estrella del cine era y qué emocionante sería trabajar con él.” Insistió en Travolta en contra de la primera opción de la productora (Daniel Day-Lewis) y el resultado fue una de las mejores interpretaciones del actor.

Inspirando a las futuras generaciones

Quentin Tarantino tiene una voz única, pero eso no significa que no pueda inspirar a otros a desarrollar sus cualidades artísticas. No hay duda de que ha influido en la obra de cineastas como S Craig Zahler (Bone Tomahawk, Dragged Across Concrete) y los hermanos irlandeses Martin y John Michael Mc Donagh (Escondidos en Brujas, Siete psicópatas y un perro, Tres carteles a las afueras de Ebbing, Missouri), así como en la siguiente generación de actores que se están preparando para trabajar con él.

Austin Butler, el joven actor que trabajó con él en Érase una vez en Hollywood en el papel de uno de los asesinos de la familia Manson, dijo que la reputación del director es lo que le llevó a arriesgarse a trabajar con él. “El papel requiere que me adentre en aspectos humanos contradictorios entre sí”, explicó a Variety. “Hubiera tenido muchas más dudas si no hubiera sido porque se trataba de Tarantino. El hecho de que cree su propio mundo hace que sea maravilloso poder formar parte de él.”

Tarantino ha dicho muchas veces que su próxima película, su décima, sería la última. Dicho eso, es muy posible que la influencia en la manera de contar sus historias, y sus historias en sí, haya durado ya más de tres décadas. Más aún, cuando finalmente cerremos el libro de su carrera como director de cine, seguro que su obra maestra de 1994 continuará considerándose como uno de sus mayores logros.

 


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