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Haciendo un poco de memoria sobre los orígenes de la falda nos damos cuenta que la moda es un fiel espejo de los cambios o transformaciones de una sociedad. En toda la historia de la moda, la falda es una de las primeras prendas de vestir que surge en las antiguas civilizaciones, y evoluciona con el paso de los años, variando en cortes, siluetas, diseños, materiales y estampados, pero que definitivamente llegó para quedarse como un símbolo de feminidad y confort en el día a día.

Y es que esta prenda tan sencilla de vestir, ha subido y bajado su largo para adaptarse a los cambios sociales y el estilo de vida moderno con diseños que fueron revolucionarios en su época, como es el caso de la minifalda. Muchos son los estilos que podemos encontrar en la actualidad: plisadas, midi, corte lápiz, asimétricas…aprende a elegir el tipo de falda que más se ajusta a tu personalidad,  así como la mejor forma de combinarla.

Historia y evolución

La falda fue usada en culturas primitivas tanto por hombres como por mujeres para protegerse del frío y de las inclemencias del tiempo. Luego, sociedades como los persas, sumerios, romanos y egipcios fueron adaptando las faldas a su estilo de vida, agregando ciertas diferencias a sus diseños.  Los egipcios, por ejemplo, crearon los plisados. Y mientras los hombres llevaban la falda por encima de la rodilla, las mujeres la llevaban hasta el tobillo, ajustada al talle y con tirantes.

Durante el Imperio Romano, en la época del Emperador Constantino, la falda se convirtió en una prenda infaltable para los hombres de todos los estatus sociales, desde el emperador hasta su ejército. Su falda constaba de correas anchas de cuero y bordes, cuyo uso se extendió entre todos los soldados romanos.

[Foto vía Wikimedia Commons]

En la Edad Media (siglos V y XVI) las faldas eran piezas con cinturas muy altas y llevadas desde el busto hasta los tobillos, en materiales pesados y colores oscuros. Ya entre los siglos XVII y XVIII se agregó volumen con armazones con aros para hacer ver un talle extremadamente delgado utilizándolas con corsés, y cuyo armazón fue conocido como “guardainfantes”, ya que permitía a las mujeres ocultar su estado de embarazo.

En el siglo XIX y comienzos del siglo XX  las faldas se despojaron de todas sus estructuras incómodas, armazones y corsés, dando paso a una silueta más estrecha y ajustada al cuerpo, con nuevos diseños que hacían uso de telas menos pesadas pero igualmente a una altura que nunca subía del tobillo.

[Foto via Wikimedia Commons]

La falda moderna

En los años 20 la legendaria diseñadora Gabrielle ‘Coco’ Chanel propuso una prenda  más corta y un poco más amplia para la mujer. Gabrielle impuso el denominado ‘largo Chanel’, que es justo abajo de la rodilla y que aún hoy en día utilizamos, según la diseñadora francesa este tipo de falda ayudaría a tener una silueta más práctica para el día a día de las mujeres de la época.

“Chanel llega para liberarnos de toda esta incomodidad del pasado con una prenda mucho más cómoda, en materiales más livianos y un largo que permitía un movimiento más fácil y fluido para el que hacer diario de las mujeres de la época, quienes inmediatamente apoyaron esta muestra de rebeldía”, sostiene la diseñadora colombiana Lucy Barragán.

[Foto a la izquierda Internet Archive Book Images/Flickr. Foto a la derecha Stockholm Transport Museum/Flickr]

Ya en los años 50 aparece Christian Dior con su colección “New Look” con cinturas tipo avispa y faldas amplias con mucho vuelo, con largos que se mantenían abajo de la rodilla, diseño al que se le conoció como ‘falda corola’ por su caída en forma de flor. Años más tarde y cansado de muchas copias de sus diseños, el mismo Dior creó la falda lápiz o tubo, con unas proporciones que se ajustaban al cuerpo femenino y de esta forma, se equilibraban los hombros y las caderas obligando a las mujeres a mejorar su postura. Este diseño se convirtió en un ícono de la época, que se ha reinventado hasta nuestros días.

Llegan los años 60 y con ellos la falda más controversial. En esta época marcada por la liberación sexual femenina  y que trajo consigo la invención de la píldora anticonceptiva, fue la británica Mary Quant quien impuso la minifalda –aunque también se le atribuye al modisto francés André Courrèges-, esta escandalosa  prenda fue una revolución para la época debido a que su largo apenas llegaba a la mitad del muslo.

“Antes no se podía mostrar nada de piel, la falda tenía que tener un largo determinado para ser bien vista socialmente, y estaba confeccionada con muchas piezas incómodas quizás para que la figura femenina no se marcara en absoluto. Cuando llega la minifalda, Mary Quant nos regala esa posibilidad de atrevernos a lucir algo más corto. La llegada de la minifalda nos ofrece una nueva forma de liberación, es una forma de decirle al mundo que no nos da pena mostrar un poco de nuestro cuerpo, es bonito y no está mal si lo queremos hacer”, comenta al respecto Barragán.

Luego, el movimiento hippie iría al rescate de las maxifaldas con diseños muy originales y coloridos que hacían uso de estampados florales y flecos. Y mientras en los años 70 su uso decayó por cuenta de los pantalones flare y los trajes completos, se ve un resurgimiento de la minifalda en los años 90 con diseños juveniles en los que destacaron el cuero, la pana, el denim y los estampados a cuadros que tan en moda están en la actualidad. Solo basta con ver la cinta de culto de 1995 protagonizada por Alicia Silverstone, Clueless, donde las minifaldas son parte central del vestuario.

De aquí en adelante estos tipos de siluetas simplemente se han ido reinventando para hacerlas más cómodas. Toda esta retrospectiva para hacernos una idea de los cambios que ha tenido esta prenda y los personajes importantes que ayudaron en su transformación a lo largo de la historia.

Tu tipo de falda y cómo llevarla

La falda es una pieza de moda tradicional, versátil y que se encuentra en el armario de prácticamente todas las mujeres, brindando elegancia, sensualidad y belleza a cada uno de sus looks. Tanto en la calle como en las pasarelas podemos ver un mundo de faldas por descubrir y con el cual experimentar con sus diversos modelos: plisada, en corte A, con volantes, asimétrica, midi…Sin embargo, ¿hay un tipo de falda ideal según la forma de tu cuerpo y tu personalidad? ¿Cómo combinarla?

Según la diseñadora Lucy Barragán “hoy en día casi todas las mujeres tienen por lo menos una falda en su guarda ropa, algunas según la tendencia, la estación o simplemente por comodidad y gusto.  El uso de la falda  está más marcado en una elección propia y es algo que quiere eliminar  estándares o códigos que antes definían  la utilización de prendas solo para determinadas ocasiones, horas del día o clima”.

[Fotos via Las Barragán]

No obstante, nunca está de más mencionar algunos truquitos de estilo a la hora de usar determinado tipo de falda. En el caso de las faldas tipo lápiz, se recomienda usarlas con tacones que alarguen visualmente tu figura, así como botines para un look muy moderno.  Si lo que vas a usar es una falda en corte A o acampanada, lo ideal es combinarlas con blusas holgadas, chaquetas ajustadas y evitar las blusas peplum por el exceso de volumen.

Entre tanto, las faldas plisadas –efecto acordeón- se pueden llevar con crop tops, blusas y suéteres ajustados en tejidos livianos, mientras que los zapatos le darán el efecto que desees: con zapatillas podrás obtener un look más deportivo y si optas por bailarinas o botines lograrás un estilo más casual. Pero si lo tuyo definitivamente son las minifaldas, las mejores aliadas para lucir sensacional serán un par de medias con diseños en malla o incluso con colores fantasía, para un look muy atrevido y moderno. Los sacos más amplios y de cuello alto, así como las chaquetas de cuero son prendas que van muy bien con una minifalda, especialmente si ésta es ajustada. A la hora de elegir el calzado, las opciones son múltiples: botines, botas altas, botas mosqueteras, mules o incluso tenis, todo dependerá la ocasión y el efecto que quieres lograr en tu atuendo.

Para el dúo de diseñadoras ‘Las Barragán’, sin duda, una falda imprescindible en el armario femenino es la falda lápiz o tubo. “Con ella podemos jugar con diferentes accesorios y utilizarla de una forma versátil para los diferentes eventos que tengamos. Una falda lápiz la podemos combinar con un blazer y una camiseta y tenis para ir a la oficina no tan formal, pero si le ponemos unos tacones y una blusa quedamos listas para un evento de noche. Además, nos saca de cualquier apuro y le queda bien a casi todo tipo de cuerpo”, dice Lucy.

Y es que al final, no se trata de seguir normas de estilo, sino de ajustar las tendencias a tu gusto personal. Así lo confirma la diseñadora Catalina Barragán: “lo importante es conocer muy bien tu cuerpo y escoger prendas que vayan de acuerdo con tu personalidad, profesión, gusto y  que te hagan sentir confortable y elegante cuando lo necesites, y por su puesto muy chic”.

“Sí se quiere usar falda, ahora existe la posibilidad de usar lentejuelas de día con tenis y camiseta, o en denim con tops lujosos y tacones muy altos,  solo tienes que encontrar tu estilo y hasta crear tu propia tendencia y atreverte. La moda es estar cómodos y la falda es una prenda que ha empoderado a las mujeres desde el comienzo de la historia y es el momento de encontrar la manera favorita de usarla”, concluye la diseñadora.

 


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