Desplaza

Uno de los placeres de trabajar desde casa es que uno puede salir de la cama y sentarse en su lugar de trabajo sin siquiera quitarse la pijama. ¿Y el inconveniente? Que si ese lugar de trabajo es feo, pequeño o poco práctico, rápidamente te borrará la sonrisa de los labios. Hemos echado un vistazo a los 5 principales retos a los que uno se enfrenta cuando se dispone a crear el espacio perfecto para trabajar en casa, y nos hemos dado la libertad de sugerirte soluciones sencillas e ingeniosas que te ayudarán a mejorar la productividad de tu oficina en casa.

Reto 1: la falta de espacio
Por suerte, ahora que la mayoría de nosotros (especialmente aquellos que trabajamos desde casa) necesitamos una superficie del tamaño de un computador portátil, crear un espacio de trabajo ya no es inconveniente. Ya no necesitas toda una oficina para ti solo; un rinconcito en cualquier parte te servirá, siempre que esté diseñado con inteligencia. Mide la anchura del espacio que necesitas (1 metro cuadrado debería ser suficiente), e identifica espacios de esas dimensiones. Es posible que encuentres una esquina en el vestíbulo o bajo las escaleras, una zona vacía cerca de la chimenea o uno de esos espacios detrás de una puerta donde tienes un jarrón de grandes dimensiones porque no sabes qué más poner. Cualquiera de estos puntos podría convertirse en el lugar perfecto para instalar una oficina pequeña y discreta.

[Imágenes apartmenttherapy.com]

Reto 2: la falta de luz
Lamentablemente, las esquinas sin utilizar suelen ser rincones oscuros, mientras que un espacio de trabajo debe estar siempre muy bien iluminado. Quizás tu escritorio pueda intercambiar su ubicación con otro mueble que no necesite una buena iluminación natural. Si eso no es posible, existe la posibilidad de traer la luz natural creando una claraboya o utilizando ladrillos de vidrio en una sección de la pared a la que mires cuando estés sentado. Aunque se trate de una pared exterior, esto iluminará tu escritorio considerablemente. Si todo lo demás falla, ilumina tu espacio de trabajo pintando las paredes de un tono claro, colgando un espejo en una posición que refleje la luz natural que entre por la ventana más cercana y colocando accesorios de oficina de colores vivos. Lo más importante es que te asegures que dispones de varias fuentes de iluminación, incluidas -pero sin limitarse a- una buena lámpara, una bombilla de luz de espectro completo e iluminación indirecta.

Reto 3: la falta de privacidad
Si vives con otros adultos o con niños entonces es posible que te cueste encontrar calma, concentración y privacidad. Aunque una puerta cerrada no siempre te garantiza que puedas conseguir la paz y tranquilidad que necesitas (y si no pregúntaselo a este corresponsal de la BBC en Corea), seguro que ayuda. Si eso no es posible, improvisa con separadores de habitación como estanterías (que podrían doblar su función como almacenamiento), plantas (que mejorarán el aire de la oficina) o una pantalla plegable translúcida. Los auriculares anti-ruido son imprescindibles si tienes que trabajar en un entorno ruidoso.

Reto 4: la falta de espacio de almacenamiento
Lo que te falte en espacio en el suelo, puedes compensarlo en dirección vertical mediante estanterías y armarios hasta llegar al techo, o con bandejas de almacenamiento a nivel de los ojos para aumentar el espacio de un escritorio demasiado pequeño. Asegúrate de disponer de un “cajón desordenado” en el que puedas ocultar todo lo que todavía no sabes dónde colocar. El resto deberá ir todo en carpetas bien organizadas, archivos de revistas o sobre un escritorio organizado. Una política de escritorio clara es tanto una medida productiva como una buena manera de reducir las distracciones inevitables que supone trabajar desde casa. También te sentirás mejor si trabajas en un lugar limpio y despejado, especialmente cuando tengas que hacer una videoconferencia (¡no olvides cambiarte la pijama y vestirte!).

Reto 5: la falta de separación trabajo- hogar
Para poder desconectarte del trabajo una vez hayas terminado tu jornada laboral (en casa), será esencial que crees algún tipo de separación entre tu espacio de trabajo y tu vida privada. Si no puedes hacerlo espacialmente hablando, entonces hazlo visualmente. Haz que la oficina desaparezca detrás de una cortina, o simplemente ordenando y despejando el escritorio y cerrando con llave todo lo que parezca trabajo. Al escoger muebles de doble funcionalidad, tu oficina podrá desaparecer de tu vista, convirtiendo el archivador en una mesita para el café y te permitirá disfrutar de un refresco o dos durante la happy hour, poniendo una tapa sobre una herramienta de almacenaje o plegando el escritorio del computador.

Por supuesto, es mucho más fácil hacer desaparecer algo que ya es de presencia discreta para empezar, así que considera la posibilidad de usar mesas de vidrio, estanterías de metal ligero o una decoración que combine bien con el resto de la sala desde el principio.


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