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La manera de ver el cine está cambiando.

En el pasado, las únicas dos pantallas que pedían tu atención eran la del cine de tu barrio o localidad y la de la televisión de tu sala. Pero la evolución de la tecnología ha multiplicado más que nunca el paisaje del entretenimiento. Durante los últimos 15 años hemos sido testigos del auge de YouTube, los servicios de streaming por suscripción como Netflix, y el boom de los programas de televisión en todos los continentes.  ¿Cómo puede el cine convencional competir con toda esta oferta?

 

Pues a través de volver a sus raíces.

Existe en todo el mundo algo así como un renacer del cine independiente, una tendencia que es indicador de un mayor cambio, y más profundo, en los gustos de los amantes del cine. La misma industria que una vez fue capaz de confiar en atracciones totalmente novedosas, como el 3D o las butacas vibratorias, se ha fijado ahora en la experiencia global, quizá influida por las productoras independientes que llevan años ofreciendo entretenimiento personalizado. Aunque las grandes compañías juegan a ponerse al día, los cines independientes, antiguos y nuevos, se están llevando una parte del pastel. Pero, ¿qué es lo que hace que estos negocios individuales tan especiales puedan sobrevivir en un paisaje corporativo?

 

La magia de pantalla personalizada

Durante los últimos 30 años, los gigantescos cines multisalas han sido los reyes de la jungla cinematográfica, espectáculo con el que también se ofrecían películas de tamaño parecido. Si echamos un vistazo a la cartelera de estrenos de 2019, veremos que hay como mínimo una película de superhéroes al mes, del tipo de la Guerra de las Galaxias, Pixar, y el Universo Harry Potter sacando la cabeza por donde puede; todas ellas, no obstante, son películas que cuestan millones y que esperan recaudar millones también. Sin embargo, cada vez hay más amantes del cine que desean poder huir de las explosiones y las bromitas, y ahí es donde los cines independientes entran en juego.

Si las cadenas de cines tienen estrategias de estrenos nacionales, un cine independiente puede responder mejor a las necesidades de las personas que entran en su sala. Pueden convertirse en un paraíso para los amantes del cine europeo, los clásicos del cine de culto o aquellos enamorados de la pureza de la proyección cinematográfica en vez de la proyección digital. También pueden ofrecer una plataforma para películas que solo tienen una fracción del presupuesto de los taquillazos y que, de no ser de este modo, quizás no tendrían la oportunidad de estrenarse en ningún otro lugar.

Muchos cines independientes se han ganado un nombre y un prestigio gracias a la creatividad de su programación. En un pequeño callejón que justo hace esquina con las instalaciones de las cadenas gigantes de Leicester Square, el Prince Charles Cinema de Londres es tierra sagrada para los amantes de lo independiente y lo oscuro. Una programación densa y rica que coloca a las películas de gran presupuesto junto a los clásicos favoritos, las películas de anime y otros placeres pecaminosos (este fue uno de los primeros cines de Europa en que se proyectó la cinta La habitación de Tommy Wiseau).

[Foto: Nicole Englemann courtesy The Prince Charles Cinema]

Al otro lado del Atlántico, el histórico New Beverly Cinema de LA continúa su tradición de proyectar sesiones dobles, pero jamás en formato digital. “Deseo que el New Beverly sea un bastión de las películas de 35 mm”, dice Quentin Tarantino en el sitio web del cine. El ganador del Oscar compró el lugar en 2007 y ha sido el responsable de su programación desde 2014, la cual ha incluido muchas de sus películas. “Deseo defender algo…que uno sepa que se proyecta en 35 porque es el New Beverly.”

Lejos de las luces más brillantes, los cines independientes de localidades más pequeñas pueden crear una relación de colaboración con las comunidades en las que viven. Escondido en el East Side de Oxford en el Reino Unido, The Ultimate Picture Palace es una pequeña joya del cine que ha sido de propiedad independiente durante décadas. Con su colorida historia, este cine proyecta una mezcla ecléctica de películas. “La ventaja significativa (de la programación independiente) es que somos capaces de proyectar lo que nuestros clientes y nosotros deseamos ver” dice Tom Jowett, el director de marketing y eventos del UPP. “También nos gusta dar a las películas cada semana el mismo peso de cartelera. Las películas independientes aclamadas por la crítica y las películas extranjeras se proyectarán las mismas veces que el último gran éxito de la temporada, o incluso más veces”.

[Foto: Ian Wallman courtesy The Ultimate Picture Palace]

Lo antiguo es nuevo

 Con el paso del tiempo, el principio que dice que «cuanto más grande mejor» se ha convertido en menos relevante en el campo de la cinematografía. Para competir en un paisaje de entretenimiento más amplio, el énfasis pasa ahora de recaer en el tamaño de la pantalla a hacerlo en el tamaño de la experiencia. Eso significa el final de pasar rápidamente de las máquinas de billetes automáticas al bar, y el renacimiento de los cines que representan el tipo de lugar en el que uno va deseoso a pasar una velada. Dicho de otro modo, es el retorno a los cines antiguos, cuando ir al cine era todo un evento de por sí, como hoy es ir al teatro.

Un cine nuevo que ha adoptado esa forma de operar es el Metrograph de Nueva York. Después de abrir en 2016 en el Lower East Side de Manhattan, su sitio web lo llama “el lugar definitivo para los amantes del cine”, en el que además también encontrarás una librería, un restaurante y un precioso entorno para proyecciones, y todo ello inspirado en la época dorada del cine. “Programamos exactamente lo que nosotros deseamos, cuando lo deseamos, y eso significa unas 800 cintas diferentes cada año”, nos explica Alexander Olch, presidente y diseñador de Metrograph. “La primera vez que diseñé la marquesina, solo tuvimos que ajustarla para poder incluir más títulos cada día”.

[Fotos: Metrograph LLC, Photographer, Jeremy Liebman]

Desde el principio, Olch tenía ya una idea muy clara de lo que creía que tenía que ser el cine ideal. “Ya desde el principio, el Metrograph fue un proyecto personal que pretendía captar parte de la magia que yo sentía de niño cuando crecí en Nueva york viendo películas en salas como The Beekman, The Ziegfeld y The Plaza, salas que lastimosamente hoy están desaparecidas”. “Mi intención era construir un mundo capaz de captar parte de ese glamour, pero que además también fuera un sitio en el que me apeteciera pasar mucho tiempo, hacer y reunirme con amigos, comer, mirar películas, asistir a eventos… Me gustaría pensar que hemos construido un hogar para la comunidad de amantes del cine.”

 

Amigos en el sector

Otra ventaja de los cines independientes es la conexión que pueden crear con la gente que hace las películas. Estos últimos años, los cuestionarios de preguntas y respuestas de después de la proyección de las películas se han convertido en una actividad más popular entre los amantes del cine, que gracias a ello ahora pueden disfrutar de la ventaja de mirar una película y a continuación preguntar a la gente que la hizo. Esto ha llevado a que muchas películas sean más tiempo el centro de atención que de lo contrario hubieran sido, y que los cineastas puedan por su parte proyectar su película como parte de un evento especial en vez de simplemente quedar insertada en un programa de proyecciones tradicional. Se ha convertido en práctica habitual entre las películas de bajo presupuesto, y eso significa que los cines pueden ahora también tener una relación más directa con los directores, que son al fin y al cabo fanáticos del cine.

[Foto: Nicole Englemann courtesy The Prince Charles Cinema]

“Los cineastas locales parecen vernos como su cine más cercano, ¡lo cual nos encanta que sea así!” dice Jowett. “A menudo se ponen en contacto con nosotros directores y cineastas para hablarnos de la posibilidad de proyectar sus cintas, y nosotros, por nuestra parte, nos mostramos generalmente encantados de hacerlo. La mayoría de eventos especiales que organizamos nos vienen sugeridos por los cineastas mismos, las organizaciones y los festivales de cine, motivo por el cual vendemos todas las entradas rápidamente”.

“La mayoría se convierten en cineastas porque les encanta mirar películas,” dice Olch, cuyo cine ha dado la bienvenida a personalidades de la industria cinematográfica de prestigio como Burt Reynolds, Gena Rowlands y Alec Baldwin. “Es maravilloso poder ver tantos grandes directores visitando el Metrograph, no solo para presentar sus obras sino también para ver películas. Un día cualquiera puedes venir aquí y encontrar a artistas increíbles viendo una película, cenando, reuniéndose con gente… A veces parece que estemos en unos antiguos estudios de cine. El hecho de que los artistas estrenen y proyecten sus películas y trabajos en el Metrograph hace que se respire una sensación compartida de orgullo.”

 

Luchando por la independencia

Este éxito no se hubiera conseguido sin haberse ejercido la presión que se ha ejercido. Además de los competidores de pantalla pequeña, los cines independientes también tienen que coexistir con los grandes cines que los rodean. Como cualquier tipo de negocio, los cines independientes se enfrentan a los retos que para ellos suponen las cadenas multisalas. La diferencia era mucho más marcada, con las luces y trucos de un multicine estereotipado ofreciendo una experiencia muy diferente, en comparación con la estética virtuosa de una sala de cine de arte y ensayo. No obstante, varias cadenas de cines han emergido y han centrado su atención en los cines independientes: cines que se centran en la experiencia, ofrecen la posibilidad de cenar y un programa variado, pero con los recursos de la gran corporación que tiene detrás.

Ahora que el Ultimate Picture Palace es el único cine independiente que queda en la ciudad, Jowett se muestra reflexivo cuando hablamos de los retos. “Una mayor competencia siempre puede dar un poco más de miedo. No obstante, también soy positivo porque no permite que nos durmamos en los laureles,” afirma. “Creo que nosotros ofrecemos algo totalmente único en comparación con el resto de cines de la ciudad. Existe una mayor y más significativa conexión emocional entre nosotros y los residentes de East Oxford, porque simplemente somos propiedad de los residentes que aman el cine.”

[Foto: Ian Wallman courtesy The Ultimate Picture Palace]

Allí en Nueva York, Manhattan alberga un gran número de cines en una área relativamente limitada que van desde los ‘goliats’ multisalas a los pequeños hitos históricos del sector. No obstante, Olch cree que el enfoque único que ofrece el Metrograph con relación al arte de ir al cine les ha permitido destacar por encima de los demás. Cuando le preguntamos si les cuesta coexistir con los demás cines que los rodean, él simplemente responde: “En absoluto. Nosotros hemos creado nuestro propio mundo.”

Es esa noción de crear su propio mundo que hace que los cines independientes sean tan vitales para el futuro de la experiencia de ir al cine. Los cines independientes, y de funcionamiento igualmente libre, ofrecen un tipo de experiencia diferente que responde a las necesidades de la gente a nivel individual en vez de hacerlo a nivel de los gustos nacionales. Las películas con presupuestos gigantescos, diseñados por estudio cinematográficos para satisfacer a las multitudes tienen su lugar, como también lo tienen los cines multisalas de alta tecnología que forman parte de la mayoría de las experiencias de todos aquellos que van al cine.

No obstante, para cultivar un amor apasionado y matizado por el cine también necesitamos sitios que ofrezcan algo diferente. Con el cometido de entretener a miles de personas, en vez de a millones, estos sitios pueden ofrecer cine de otras culturas, una experiencia cinematográfica que aborde temas polémicos, o unas obras cinematográficas realizadas por auténticos amantes de este arte y que jamás se proyectarían en un cine de mayor tamaño ni difusión. Estos cines pueden convertirse en la puerta de entrada a películas de otros tiempos que están esperando ser descubiertas, y a la vez ofrecer algo parecido a la semana siguiente con el fin de responder a una nueva obsesión.

[Fotos: Metrograph LLC, Photographer, Jeremy Liebman]

En su mayor parte, no obstante, el renovado éxito de los cines independientes proviene del hecho que son propiedad de las mismas personas a las que entretienen. Ya se trate de una pequeña comunidad o de una multitud de expertos en cine de Manhattan, de lo que se trata es de la idea de que todo el mundo merece descubrir el mejor cine y hacerlo en el entorno en que debería proyectarse. En un momento en el que la totalidad de la historia del cine parece estar disponible con solo pulsar un pequeño botón en la pantalla de nuestro celular, la manera en que experimentamos y recordamos las películas que vemos se ha convertido en algo más importante que nunca, y una gran experiencia coloca estos tesoros en el centro de los corazones de los amantes del cine. ¡Larga vida al cine independiente!

[Foto de arriba: Nicole Englemann courtesy The Prince Charles Cinema]


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