Desplaza

¿Recuerdas ese peculiar canasto de mimbre con el que tu abuela solía ir de compras a la plaza de mercado? ¿O qué tal el popular cesto para ‘picnic’? Pues volvieron al mundo de la moda, totalmente renovados y con el estilo más ‘chic’ para el deleite de toda fashionista, sobre todo para las seguidoras de los productos naturales y la tendencia ‘eco- friendly’.

El mimbre, rafia, junco, bambú y la palma son algunos de los tejidos de origen vegetal más usados desde tiempos ancestrales para la elaboración de bolsos y artesanías. Hoy, esta tendencia llega de la mano de bandoleras, mochilas, clutch, cestas, cofres y carteras con diseños estructurados y tamaños para todos los gustos, que puedes usar tanto de día como de noche. Además,  incorporan otros atractivos detalles en cuero, herrajes de metal, flecos y pompones que hacen de cada bolso un diseño único y atemporal.

Cabe destacar que aunque son los reyes de Instagram y los protagonistas de pasarelas de reconocidas firmas como Fendi, Miu Miu, Dior, Kate Spade o de marcas Low- cost como Zara, lo cierto es que los bolsos con fibras vegetales tienen su origen en las antiguas tradiciones de comunidades indígenas y de artesanos, que han pasado de generación en generación. Charlamos con dos reconocidas marcas latinas, que hacen de las fibras naturales y el rescate de tradiciones culturales su sello de marca, para descubrir  la magia que hay detrás del accesorio del momento.

Bareke, tejiendo historias a través de la caña flecha

Desde el 2012, la empresa colombiana Bareke, se ha encargado de rescatar lo mejor de las tradiciones ancestrales de la cultura Zenú, generando fuentes dignas de trabajo para indígenas y artesanos de Sampués, en el departamento de Sucre (al norte de Colombia), por medio de diseños de calidad hechos con caña flecha.

Precisamente, de la palma de caña flecha o “Gynenum Sagithatum”, se extrae la fibra vegetal con la que la comunidad Zenú elabora diferentes productos bajo el oficio de la tejeduría, como cestos, billeteras, tapetes, accesorios, y el famoso ‘sombrero vueltiao’, símbolo cultural de Colombia. Conversamos con Elvia Tapia, CEO  de Bareke, para adentrarnos en el mundo de los bolsos  con este material natural, y esto fue lo que nos contó:

Essentials: ¿De dónde surgió la idea de Bareke?
Somos una empresa familiar. Mis papás son de la Costa y siempre nos han inculcado la cultura y tradiciones propias de esta región. El promotor de la idea fue mi hermano, con quien comenzamos a percibir que a través del tiempo la gente estaba dejando de trenzar en estas comunidades. Eso se unió a las ganas de crear empresa.  Soy Diseñadora Industrial y me fui a Barcelona a hacer un máster, y estando allí mi hermano me convenció de unir mi pasión por la moda con nuestra cultura. Hicimos unas primeras muestras, me las envió a Barcelona y fue un éxito. Luego volví a Colombia a continuar con el proyecto y encontramos apoyo de la Universidad EAN, quienes nos brindaron el primer capital semilla y asesoría empresarial.

¿Cómo fueron los inicios de la marca?
Anteriormente  trabajábamos con unas señoras en Sucre que utilizaban la caña flecha, enviaban el material a Bogotá y acá finalizábamos los bolsos con satélites en el barrio El Restrepo, pero nos dimos cuenta que el impacto social no era tan poderoso, por eso decidimos arriesgarnos a tener nuestra propia planta allá. Esto implicaba un proceso de capacitación desde la siembra de la Palma, el uso de tintes naturales, hasta la manufactura en marroquinería. Era un proyecto de gran envergadura que tomó dos años y en donde tuvimos el acompañamiento de la Embajada de Suecia.

¿Cómo ha sido el trabajo con los artesanos de la comunidad Zenú?
Hemos hecho una labor muy bonita de unir ese saber ancestral de los abuelitos con el emprendimiento y la moda.  Mientras que las abuelitas se sienten productivas, llevan dinero a sus casas, y ahorran;  para los jóvenes se trata de mostrarles que pueden tener una oportunidad desde ese saber ancestral que les permita superarse y tener ingresos. Llegó un punto en el que para la gente de esta zona no era rentable este oficio,  y cuando llegamos les ofrecimos no solo un mejor ingreso, también capacitación que les ha permitido crecer, innovar  y aprender a trabajar en equipo.

¿Cuál es el impacto de trabajar con fibras naturales?
La caña flecha es una fibra natural cuyo impacto al medio ambiente es muy bajo, e incluso cuando terminas de trabajar, las hojas secas sirven de abono para la tierra, por lo cual es un oficio muy amigable con el medio ambiente. Actualmente, estamos revisando la posibilidad de trabajar con procesos más coherentes, ya que estamos trabajando también con cuero y para ello,  estamos utilizando en algunas piezas cuero vegetal, que es más ecológico y empleando tintes naturales y procesos más limpios en los diseños.

¿Cuál es el proceso detrás de cada bolso?
Lo primero es la siembra de la palma, que dura entre 4-8 meses de acuerdo al clima (si es verano se demora un poco más). Cuando está crecida la palma se corta, se abre, se raspa y se ripia (divide en tiras muy finas con un cuchillo) para que quede muy delgada. A continuación viene el proceso de tintura que es totalmente natural: el color negro, por ejemplo, se demora 8 días porque se hace con barro o cocinando cáscaras de plátano. Luego viene el trabajo de trenzado, que dependiendo de la calidad, los artesanos pueden lograr trenzar de 3 a 10 metros al día. Finalmente, al acabar el trenzado lo unimos con la marroquinería y se hacen los controles de calidad. En general, podría decirse que dura cerca de 9 meses en producirse un bolso, por lo cual es una labor de mucha dedicación y tradición.

Desde hace un tiempo, los bolsos hechos con fibras vegetales son protagonistas de editoriales de moda y los favoritos de las chicas en Instagram, ¿a qué cree que se deba esto?
Son varios factores. Pienso que desde hace un tiempo se está imponiendo una moda étnica y cultural, de volver a lo nuestro, a lo básico y natural. Se trata de rescatar nuestras raíces, además de que existen una gran cantidad de cosas que se pueden trabajar con este tipo de fibras.

Palma Canaria, reinventando la artesanía en diseños modernos

Inquietas, apasionadas por la moda y admiradoras del trabajo artesanal, así se definen Mónica Arbeláez y Juliana Quintero, quienes deciden unirse como madre e hija y sus conocimientos profesionales en el sector empresarial y de mercadeo, para crear Palma Canaria, marca que con tan solo dos años en el mercado ha llegado a consolidarse en América Latina y los Estados Unidos. Hablamos con ellas del proceso detrás de sus exquisitos bolsos y canastos en fibras vegetales, y esto fue lo que nos relataron:

Essentials: ¿Cómo surgió la idea y cuál fue el inicio de la marca?
Juliana: Empezamos visitando una región cerca a Barranquilla, donde nos dimos cuenta que aún hay comunidades de artesanos que siguen haciendo la artesanía tradicional pero que no la valoran lo suficiente y no la ven como algo que puede llegar a adaptarse al día a día de una persona, sino que la perciben simplemente como un regalo. Vimos esa oportunidad de darle un giro de lujo y de diseño de moda para poder introducirla al mercado comercial, para aquellas personas que valoran el producto hecho a mano.

¿Por qué deciden trabajar con fibras naturales? ¿Cuáles están utilizando?
Mónica: Este era un mercado sin explorar y de hecho, esta no era nuestra actividad. Yo trabajaba en el sector bancario y mi hija era estudiante, y vimos la necesidad de crear carteras que fueran diferentes. Empezamos investigando el mercado, y ver qué podíamos crear que estuviera alineado a la filosofía de mi hija de crear un emprendimiento con artesanos. Queríamos sacar cosas diferentes al típico canasto para la playa, que fueran carteras que se pueden usar también en la ciudad.

Decidimos trabajar con fibras naturales porque no tenemos que recurrir a materiales artificiales para poder crear una pieza de calidad y estética. Queríamos romper ese esquema, demostrar que una persona con sus propias manos puede crear una pieza de alta calidad. Además, vimos el potencial en estas fibras que son flexibles, moldeables, sostenibles y con un bajo impacto al ecosistema.

Juliana: Trabajamos con cuatro fibras, principalmente la Palma de Iraca, que tiene una textura más suave. También usamos mimbre que es un poco más rígido;  el esparto que es tradicional de la cestería boyacense, y usado para decoración; y un tipo de mimbre más flexible para una nueva línea.

¿Cómo ha sido el trabajo con los artesanos?
Mónica: Antes de comenzar a trabajar con alguna comunidad los visitamos, vemos en qué condiciones trabajan y cuál es su día a día, porque lo último que queremos hacer es sacarlos de su confort. Primero hacemos un trabajo de campo: conocemos a los artesanos directamente y hacemos un prototipo. Luego miramos muestras y diseñamos juntos. Al final, la relación se vuelve de confianza y cercanía, intentamos que sea lo más justa y equitativamente posible.

¿Qué hay detrás de cada bolso de la marca?
Mónica: Ambas nos dedicamos a diseñar, y yo hago el trabajo de campo, pero todo va aprobado por las dos porque representamos dos generaciones diferentes y eso nos ayuda al momento de diseñar algo que sea funcional para varias edades. Tenemos un taller propio con 5 artesanas, no son artesanas de profesión sino personas que estaban desempleadas y que capacitamos para que aprendieran a armar el producto final. Con ellas hacemos pruebas de producto, aprobamos y ese es el proceso en general. A Bogotá llega todo lo que diseñamos con el artesano, y de aquí sale el producto final. Preferimos que sea así para consentir a los clientes, queremos darles el gusto a  las personas de que personalicen su cartera, por eso hacemos diferentes correas, herrajes, forrajes, etc.

¿Por qué consideran que los bolsos de fibras naturales son tendencia?
Mónica: Primero por un tema de influencia. Hay personas que son muy influyentes en el mundo de la moda, y con una sola persona de éstas que se ponga una canasta con un abrigo, ya muchas mujeres quieren imitarla. Adicionalmente, está el tema de la diversidad.  Al mercado salen todos los días carteras de cuero preciosas, de diferentes estilos, precios y tamaños. Pero precisamente los bolsos con fibras naturales se volvieron tendencia por ser diferentes, porque son novedosos y únicos. En cuanto a la moda, ya no se trata de uniformar a todo el mundo, sino de lucir diferente y darle a lo artesanal el valor que merece.

Usualmente, las personas piensan que este tipo de bolso es solo para usar en el verano y con vestidos florales… ¿Cómo podemos combinarlos?
Juliana: Hemos intentado romper el estereotipo de playa y verano. De hecho, llegamos a la conclusión de que las personas son un poco más arriesgadas con su estilo si les das el empujón necesario. Puedes perfectamente usar  unos jeans con botas, una camiseta, chaqueta y usar una canasta con la que vas a destacar, porque normalmente usarías con ese look una cartera de cuero, pero eso es lo tradicional. Creo que no nos hemos limitado, sino que si te vendemos una cartera la idea es que la puedas usar todos los días. Que la puedas usar para ir a la playa, para hacer mercado, o para un almuerzo con tus amigas, todo depende de tu imaginación.

[Foto arriba: Bareke]


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