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Acampar es una experiencia enriquecedora, y vivir en una tienda de campaña por unos pocos días puede ser divertido, pero ¿alguna vez has querido ir un paso más allá? Te presentamos una guía para principiantes sobre cómo comenzar una vida al aire libre.

Sal de tu zona de confort
El primer paso para disfrutar de la vida al aire libre de la mejor forma posible, es aceptar todos los aspectos de estar en medio de la naturaleza y lejos de las comodidades de la civilización. La vida al aire libre no sólo ocurre en lugares hermosos cuando el sol brilla intensamente, así que debes estar preparado para aceptarla aún cuando el paisaje no sea atractivo y el clima sea desalentador. Haz tu mejor esfuerzo para manejar los inconvenientes que puedan presentarse: bichos rastreros, depredadores peligrosos, el frío, el calor… pero, ante todo, no te desanimes.

Trae el exterior al interior
La manera más simple y duradera de estar cerca a la naturaleza sin tener que hacer cambios radicales en tu estilo de vida es acercarla a tu hogar. Mudarse al campo es la forma más obvia de lograrlo, pero si no planeas abandonar la ciudad en un futuro cercano, existen muchas otras maneras de permitir que la luz natural, las plantas y la vida animal se introduzcan en tu vida urbana. La combinación de estos factores hará que tu factura de la luz sea más económica, aumentará tu bienestar físico y mental, y te permitirá tener patrones de sueño más saludables y mayor energía. En general, es mejor tener vidrios que paredes, pero es incluso mejor no tener ninguno de los dos: camina por el parque, siéntate en el jardín o en el balcón, o sal de la ciudad por completo para adentrarte en el área rural siempre que sea posible.

Experimenta la naturaleza en tu hogar
Si piensas remodelar tu casa, utiliza ventanas y puertas de patio más grandes, y no olvides incluir claraboyas. Si tienes un presupuesto limitado, elimina todos los elementos decorativos de tus ventanas e intenta vivir aprovechando la luz del sol tanto como sea posible (sí, eso significa dejar que el sol te despierte al amanecer, recuerda salir de tu zona de confort). Los muebles en los que pasas gran parte de tu tiempo como tu escritorio, la mesa de comedor o tu sillón de lectura favorito, deben estar cerca de una ventana con el fin de aumentar tu exposición a la luz solar y a la naturaleza. Junto con muchos otros beneficios, lo anterior aumenta la producción de serotonina y ayuda a prevenir el trastorno afectivo estacional.

Vida interior y exterior dentro de la ciudad
El simple hecho de pasar tiempo en entornos naturales alivia instantáneamente el estrés. Si tienes acceso a un espacio descubierto dentro de tu hogar, utilízalo tanto como sea posible. Crea espacios en tu jardín o en tu balcón para cenar, descansar y socializar; haz que sean de fácil acceso, cómodos y adecúalos para que ninguna condición climática pueda impedir su uso (refugio contra la lluvia y el sol, una hoguera para calentarse y una mosquitera para mantener alejados a los insectos). En caso de que solamente puedas acceder a espacios comunes como azoteas o patios, o incluso parques públicos, ten lista una canasta de picnic con todos los elementos que necesitas para una escapada después del trabajo. Así, la próxima vez que quieras salir de tu casa, no tendrás que alistar nada: solo agarra tu canasta de picnic y sal de inmediato.

Elige amigos que disfruten estar al aire libre
De manera similar a como hace un compañero de gimnasio, un amigo que disfrute estar al exterior te motivará a salir de tu hogar y a estar activo incluso si no tienes ganas de hacerlo. Cultiva amistades con personas que te inviten cada vez que se dirijan a la playa, a las montañas o al parque. Vuelve a ponerte en contacto con viejos amigos que tengan predilección por recibir visitas en sus casas de campo, tal vez a cambio de una invitación a la ciudad. Por último, pero no por ello menos importante, únete a un club o a un grupo online que organice actividades que disfrutes, para que siempre tengas compañía cuando planees salir a deleitarte con la naturaleza.

Cría hijos que disfruten el contacto con la naturaleza
Para muchos padres, tener hijos es una oportunidad para volver a vivir su propia infancia; también puede ser una oportunidad para brindarles la infancia que nunca tuviste. Incluso si no pasaste mucho tiempo en contacto con la naturaleza cuando eras niño, puedes orientar a tu propia descendencia para que esto no se repita y el compartir momentos en el ambiente exterior sea un hábito en ellos. Puedes iniciar a tus hijos a temprana edad en actividades al aire libre de todo tipo como la natación, esquiar e ir de caminata, pero, sobre todo, busca la manera de sacarlos de casa. El impulso natural de los niños de moverse y explorar, junto con su creatividad e imaginación inherentes, automáticamente garantizan horas de diversión. El tiempo de juego no estructurado no solo es bueno para el desarrollo cognitivo de los niños (además, fortalece su sistema inmunológico), sino que también puede ayudar a sus padres a descubrir formas nuevas y divertidas de estar en armonía con la naturaleza.

Haz que estar al aire libre sea parte de tu trabajo
Por supuesto, esto puede ser más fácil en algunas profesiones que en otras. Tal vez tengas que pensar fuera de los marcos establecidos, y estar dispuesto a comprometerte con otros aspectos de tu trabajo, para hacer que trabajar a la intemperie sea una realidad. Los escritores, fotógrafos y diseñadores pueden hacer del aire libre el tema de su trabajo; los expertos en ventas y marketing podrían cambiarse a una empresa que fabrique equipos de viaje o deportivos; y los profesionales de la salud pueden especializarse en el trabajo con atletas. No tienes que empacar todo y convertirte en un esquiador profesional, un guía turístico o un guarda bosques para que tu trabajo sea al aire libre, solo dale rienda suelta a tu imaginación.

Lleva el trabajo al exterior
Si un cambio de carrera no está dentro de tus planes, intenta encontrar formas de llevar tu trabajo de oficina al exterior. Programa una caminata como forma de reunión alternativa, organiza picnics y ejercicios de creación con equipos al aire libre, es decir, “manten los pies en la hierba y la cabeza en las nubes”, tan a menudo como sea posible. Si alguien sugiere que tus excursiones podrían estar perjudicando tu trabajo, simplemente recálcale que el aire fresco puede ayudar a mejorar la concentración, y un cambio de ambiente estimula la creatividad y las habilidades para resolver problemas.

Maximiza las horas fuera del trabajo al aire libre
Si introducir un roce con la naturaleza en tu horario laboral es completamente inimaginable (¿ves cómo no aceptamos un ‘no’ por respuesta aquí?), entonces haz que el resto de tu día realmente cuente. ¿Podrías vivir o trabajar en un lugar donde la naturaleza esté a la vuelta de la esquina tan pronto salgas de la oficina? ¿Tal vez puedas reorganizar tu agenda para practicar surf en la mañana o una caminata por la tarde, antes o después del trabajo? Si tienes un horario flexible, puedes acumular horas extras en días con mal tiempo y redimirlas tan pronto como el sol salga.


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